Pitchando el juego de la vida...

La apologética disciplina de un pelotero llamado Robinson Canó

Robinson Canó dice en una entrevista con el diario El Día que durante las vacaciones de invierno aprovechó para preparse físicamente antes de marcharse a los entrenamientos de Seatle en Peoria , Arizona.
Para ello contrató a un entrenador de futbol americano, con el que desarrolló un programa que incluía hasta ejercicios olímpicos, que le ayudaron a fortalecer y a nivelar todas las partes de su cuerpo, con la finalidad de evitar lesiones, por lo que proclama que está ahora mismo en “la mejor condición física de su carrera”.
Está hablando un pelotero que firmó un contrato de 240 millones de dólares por 10 años…

Es lo que se lo se puede considerar un verdadero atleta, que si bien es cierto, trajo un Ferrari 458 Italia, color oro, para pasear por San Pedro de Macoris, que bien merecido se lo tiene, no se pasó la temporada, como otros, bebiendo Whisky Blue Label y champagne Moet, ni escandalizando en los bares, discotecas y restaurantes, protagonizando o apareciendo en medios de tiroteos, ni en una trifulca de mujeres de catálogo de esas a las  que hay que pagarles las salidas.

Muchos  peloteros  dominicanos que militan en Grandes Ligas, cuando vienen de vacaciones de invierno, no a jugar sino a beber, a echar carreras, y a engordar como unos cerdos comiéndose hasta al mismo diablo si se lo filetean, ven la vida desde una óptica muy superficial y son los primeros que atentan contra su futuro como atletas.
Canó marca diferencia, y ya ven como se gasta un dineral con un entrenador importado, antes de ir a entrenar con  su equipo. Una especie de entrenar para entrenar...

¿Quiénes en otras áreas, como por ejemplo, la música, tras alcanzar el éxito, entrenan con un profesor de canto que les  enseñe posibilidades de colocación de la voz y la manera de poder siquiera coquetar con los recursos del bel canto?.
¿Cuáles de nuestros musicos populares han hecho una pausa para estudiar armonía, como lo hizo Ramón Orlando, pese a que había salido del Conservatorio Nacional de Música?
La humildad y la capacidad de aprender, de entrenar, perfeccionar, hace mucha falta en este país en todos los planos.

Políticos que no se han preparado para un buen desempeño en un cargo, ni como dirigir a la nación.
Músicos que son “maestros, cuando ni siquiera saben tocar bien una guira…
Productores y directores de cine que han llenado el país de “peñícolas” y “pelicolas”, con muchas deficiencias que se pueden perdonar por aquello de que estamos en ciernes, pero ninguno hace nada por superar el esquema.
Artistas que alcanzan fama, popularidad y dinero, y lo primero que hacen es comprar una villa, una mansion, una casa playera, una megadiva y un carro de lujo, sin aportar nada a su formación y superación.
Y hasta los Beatles, en el más alto nivel del apogeo de su fama, se fueron a la India a estudiar en el ashram del Maharishi Mahesh Yogi, donde se entregaron a un curso de Meditación Trascendental en el Sagrado Valle de los Santos al pie de la cordillera del Himalaya, logrando uno de los períodos más productivos de la banda.
Como ven, hasta la espìritualidad hay que entrenarla y orientarla para fomentarla.

Abrevar de los conocimientos y la sabiduría, para no quedarse en la superficialidad de no saber  por qué Safo cantaba su amor por las mujeres sin tapujo alguno.
Ni a merced de las pitonisas del medio que todo el tiempo han mantenido una vida muelle y parasitaria a la vez, como personajes de la obra, titulada y no editada, “Como vivir del cuento, de los pendejos, y algo más”.

Zorro