Aluden a los títulos de dos temas de Toño Rosario.
Toño nunca se imaginó que esos relajos musicales, que le dieron tanta popularidad en el pasado, al transcurrir del tiempo iban a identificar dos centros de perversión de menores.
Y claro está que El Kuko nada tiene que ver con los señalados antros. ¡Pero qué herencia, carajo!
Si traemos su nombre a colación es por la curiosidad que provoca el hecho de que dos de sus aportes musicales, al cabo del tiempo sirvan para la identidad de dos vergonzosos y excecrables antros de perversión.
Realmente inaudito que los padres de esas niñas menores las incentiven a prostituirse en esos lugares, con el fin de conseguir dinero, como se denunció en Telenoticias.
Por menos que eso, en otras culturas habría fusilamientos.
Y aquí las autoridades haciendose los de la vista gorda, porque probablemente se estén beneficiando del "Yoculí" y del "kulikataka".
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