MI COLUMNA DE HOY

Despúes de Luis no hay nada

La de la música es una industria que con el tiempo se ha limitando en sus posibilidades motivado por los cambios generacionales y las tendencias  que han ido cambiando el esquema iterativo que se mantuvo desde los años 80 hasta los 90.

Las agrupaciones musicales que no tienen mercado en el extranjero dificilmente puedan sustentarse  en el ámbito local, frente a una realidad cambiante en que los espacios de entetenimiento están siendo llenados por exponentes urbanos, que no necesitan una orquesta de doce o 14 músicos de acompañamiento, ni la logística que requiere montar un baile con una agrupación de merengue.

Los urbanos, por más dicharacheros, vacíos, procaces, insolentes, conflictivos y disparatosos que sean, en muchos casos, son una realidad que no se puede soslayar, obviar, ni negar, porque independientemente de los gustos y preferencia que pueda uno tener, inclinado hacia otras expresiones coinsideradas verdaderamente artísticas, es lo que la juventud está consumiendo.

¿Cómo dejarlos fuera de cualquier cartelera si tienen el dominio de las grandes masas?.

No es casual que hasta los grandes festivales, los espectáculos de carnavales, las premiaciones, los tengan que incluir entre sus atracciones.

Se le critica a Luis Medrano, el zar de los espectáculos de tarima, de la calle y del pueblo, los tantos exponentes urbanos en las carteleras que organiza en los pueblos.

Bastaría con estar ahí, presente, en los espectáculos, para ver lo que sucede con esa gente, y por qué son una instancia obligada en cada cartelera.

Que, a propósito,  Luis Medrano se ha erigido en el sostén del mundo del entretenimiento de la nación, con todos los espectáculos que organiza a lo largo y ancho de la geografía nacional.

La economía del mundo del espectáculo y del entetenimiento a nivel nacional, la mueve hoy día  Luis Medrano con sus actividades, poniendo a trabajar a muchos artistas en un medio donde los demás empresarios solo se preocupan por traer atracciones de fuera, y hasta se resisten a poner una contraparte dominicana.

Bien harían los artistas criollos con mantener y preservar a  Luis Medrano.

Sin Luis, no habría "vida" en el mundo del espectáculo local con artistas criollos. Después de él, no hay nada, como dice una canción.