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Dondequiera se cuecen habas

En una ocasión se encontraba Wilfrido Vargas en México, con su orquesta ya montada en el escenario para una actuación. Solo esperaba que el locutor lo presentara para entrar al escenario,

La orquesta estaba tocando la introducción de El Africano, cuando el locutor formalmente hizo el anuncio:

-Señoras y señores!, y con ustedes ¡Wilfredo Colón!.

Wilfrido, que estaba tras bastidores, se quedó igualito, como si no fuera con él. La orquesta siguió con la introducción, y nada de Wilfrido salir.

Después de un rato fue el manager huyendo a donde se encontraba.

-Pero Wilfrido, están esperando por ti, ya sal!

-¿Por mi?. Pero no me han presentado.

-Si, fue a ti, sal, que el tipo se equivocó.

El sabía que era a él a quien habían presentado con una mezcla del nombre de Willy Colón, pero se hizo el desentendido, a ver si el locutor entraba de nuevo y decía su nombre correcto. Pero como eso no sucedió decidió salir, y en su estilo característico dijo:

-Lo que sucede es que pensaba que no era a mí al que habían llamado, pero de todas maneras, yo soy Wilfrido Vargas.

Se presentó el mismo, ya que el despistado presentador no lo hizo.

Y tanto que aquí criticaban al difunto Corporán cuando se equivocaba.