La salsa también en el debate musical...

¿Deben ponerle más salsa a la salsa?

Por Orlando Holguín

Un artista podría tener un éxito rotundo, podría lograr un triunfo moderado, y también puede ocurrir que deje como legado un tema musical que lo consagre y le permita ser recordado por los siglos de los siglos, aun no tenga una carrera totalmente exitosa. De esto último tenemos muchos ejemplos.  

Ahora que los salseros, como dice el dominicano “se la comieron” en la pasada entrega de los Premios Soberano, de lo cual nos alegramos de corazón, es bueno seguir hablando de la salsa. Es propicio aclarar que el apoyo recibido en esta destacada participación en la noche artística más importante del arte popular y el espectáculo, compromete más a los salseros criollos, es decir, los empuja a seguir hacia adelante, tratando siempre de hacer un mejor trabajo.

En una ocasión planteamos sobre si es posible hablar de una salsa dominicana, a lo que muchos lectores de Merengala, a través de sus comentarios, manifestaron que sí. En ese artículo hablamos de algunos éxitos musicales del pasado. Desde “El Pingüino”, del Caballo Ventura,  hasta “El Hijo de Madame Inés”, de Bonny Cépeda; desde “Juliana”, del gran Cuco Valoy, hasta “Salsa con coco”, de Pochy Familia y su Coco Band. 

No quiero hacer juicios de valores sobre cuál salsa es más pura, si la de antes o la de estos tiempos, pues carecemos del  conocimiento musical para hacerlo. Ahora bien, exceptuando a Manolé, que antes de la pléyade de salseros que ha salido al ruedo en los últimos años es el único que creó una orquesta para tocar salsa y quizás por ello no lo mencionamos en aquella ocasión, todos los éxitos que mencionamos en el artículo en cuestión (aquí el Link: merengala.blogspot.com/2014/03/existe-una-salsa-dominicana-por-orlando.html) no fueron ejecutados por salseros puros, sino por merengueros. De ahí debemos excluir a Kelman Núñez a quien nadie conocía como merenguero ni como salsero. 

¿Adónde quiero llegar? Hay muy buenos intérpretes de salsas, podría hablarse de buenos arreglos, ha habido temas muy bien logrados, tanto originales como copiados, pero también hay adaptaciones (término muy de moda, tal vez porque es más benevolente que la palabra “fusilamiento”) que dejan mucho que desear, incluyendo a sus intérpretes. En este sentido, Camilo Sesto, Danny Daniel, José José  y otros grandes artistas podrían requerir de una camisa de fuerza para tranquilizarlos si llegaran a escuchar lo que han hecho ciertos “cantantes” al llevar a salsas algunas de sus más hermosas y famosas canciones.  

¿Qué le falta a la salsa dominicana? Le falta lo que yo, por nombrarlo de alguna forma, llamo un himno musical.  Hay temas que han sonado mucho, pero de ahí a convertirse en un rezo popular, hay mucha distancia. Un himno musical es aquel que, no solo va de boca en boca y la canta y entona medio mundo, sino que se queda en el tiempo, que siempre estará presente en las estaciones de radio. Es una interpretación que otra generación podría asimilar y hacerla suya. ¿Un ejemplo? “Ven devórame otra vez”, de Palmer Hernández. Sí, quizás es un ejemplo distante y pretencioso, pero eso es un himno. 

¿Disminuyo la salsa en el año 2014, ha disminuido en lo que va de este 2015? Eso deben determinarlo los expertos. Lo que sí es innegable es que con la actuación de los ejecutantes y cantantes de este género salieron más que mejor parados en el Soberano y los hace repuntar en este primer tercio del año   .
También viene bien preguntar: ¿Están incursionando en la salsa artistas que ya han fracasado en otros ámbitos musicales y  que quieren probar suerte, ya tocando merengue, ya tocando bachata, ya salsa, ya hasta bossa nova?. ¿Tocan salsa porque la ven como un bote salvavidas para su apagada carrera artística?. ¿Son todos los arreglos musicales buenos, o por lo menos aceptables?. ¿Puede cualquier cantante lanzar una salsa y de inmediato denominarse como “salsero”?. Todas esas preguntas las debe contestar el público que sigue y disfruta la salsa. 

Mientras tanto, el tiempo avanza y parece que ya se vislumbra que en la arena  sólo quedarán aquellos intérpretes y grupos de salsa que impriman calidad  a sus trabajos musicales y ya el público puede señalar quiénes son o serán. 

Sin embargo, insistimos: Quizás el soberano auditorio aún espera que algún salsero lance una canción (original por supuesto) que se convierta en un verdadero cántico popular, un tema que trascienda con el paso del tiempo, que tenga pegada internacionalmente (ejemplo, “Juliana”). Pienso que para lograrlo es recomendable dejar de lado las tantas adaptaciones y concentrarse en la creatividad. Esta sin dudas es la pata principal para alcanzar el éxito en cualquier actividad o quehacer humano, más en el arte, ya sea popular o clásico.