jueves, 9 de abril de 2015


Los caminos de la vida
“Mándame la unidad venezolana”
Por Orlando Holguín

Viene bien recordar que, además de Estados Unidos, para muchos dominicanos era un sueño emigrar a Venezuela. 
Esto ocurría hasta la década de los 80’s y principios de los 90’s. Muchas familias dominicanas tuvieron uno o más parientes en el hermoso país suramericano y estos, de algún modo, se convertían en un sostén para sus familiares aquí. 
A mediados de la década de 1980 muchas dominicanas descubrieron y explotaron un destino muy distinto: Europa. Muchas fueron allí a realizar el oficio más viejo del mundo, es decir la prostitución, el cual muchas criollas ya realizaban en islas cercanas.
El tiempo pasa, la vida gira y las cosas cambian. Quién les iba a decir a los venezolanos que República Dominicana sería un refugio para muchos hombres y mujeres de la tierra del Libertador. 
Se habla de que al país podrían haber venido a residir cientos de miles de venezolanos en un tiempo relativamente corto. Muchos los hacen huyendo a la situación política y social que se vive en el terruño de Andrés Bello y de Simón Díaz. Los “vale” tienen la suerte que tienen todos los extranjeros que vienen al país: encuentran a gente sonriente, amable y que se da por entero a los de otras latitudes. 
De más está decir que ambos países comparten muchas cosas en común, incluyendo parte del hermoso Caribe, lo que hace más fácil el proceso de adaptación. 
Cuando alguien se ve obligado a abandonar su país, ya sea por razones políticas, sociales o de otra índole, generalmente está dispuesto a hacer lo que sea para sobrevivir en tierras lejanas. Como ejemplo pongo que, según me narraron, una persona llamó a una compañía de taxi y en esta ocasión quien estaba al volante no era un taxista, sino una, es decir, una dama venezolana, la misma doblando ya el medio siglo de vida.  
De corazón les decimos: ¡bienvenidos venezolanos! Llegan ustedes a una tierra que no ofrece muchas oportunidades, pero sí en la que el extranjero es siempre bien recibido y tratado con mucha deferencia, en una práctica que algunos llaman “el complejo de Guacanagarix”. 
Pero eso no es importante y sí lo es que quien emigre a otro país encuentre allí la paz, el progreso y el bienestar. Muchos criollos quizás lo lograron yéndose a su Venezuela. 
Muchos otros dominicanos siguen buscando el sueño americano, el sueño europeo, el chileno o un sueño en aquella nación donde encuentren un poco más de aliento económico y social que el poco que se respira en este pedacito de isla que se pierde en este hermoso globo terráqueo. 

Tal vez venga un tiempo en que la República Bolivariana de Venezuela vuelva a ser una tierra de grandes oportunidades para los extranjeros, pues el tiempo pasa, la vida gira y las cosas cambian.

3 comentarios:

  1. Zorro tremendo articulo, y muy cierto la vida da tantas vueltas , sabes de hoy pero no sabes de mañana , zorro lo felicito de verdad.. Rodolfo Olivares , New York city

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  2. Lo ue sucedio en Venezuela era que habia una fiesta de un grupito y la gran mayoria no estaba en la fiesta,pero un dia los que no estaban en la fiesta dijeron "bueno aqui o bailamos todos o se acaba la fiesta y asi fue se acabo la fiesta.

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  3. eso no lo escribio zorro lo escribio orlando holguin

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