Arrendel analiza a los entrevistadores

Iván Ruiz,

O de como sacar provecho a un entrevistado

Por Johnny Arrendel

Dominar la técnica de la entrevista resulta cosa sencilla si se tienen dones e instintos naturales para esa acción, en su finalidad periodística específicamente.

Decía Gabriel García Márquez, el laureado novelista colombiano, Premio Nobel de Literatura, quien en sus inicios fue reportero, que las mejores entrevistas para medios escritos debían hacerse sin grabadora, para que el periodista cuidara los detalles de narración del entrevistado mediante sus apuntes.

Como Julio Scherer, sostenía que el periodismo no debe ser verdad sino verosímil. “Nunca usé una grabadora porque siempre creí que el entrevistado dejaba de actuar de manera natural. Además como periodista nunca publiqué una entrevista como tal, de preguntas y respuestas”.

En tanto, aquí hemos contado con buenos exponentes de la entrevista para televisión: Ortodoxos como Ellis Pérez y Salvador Pittaluga Nivar; subjetivos como Tomás Troncoso y Julio Hazim; incisivos, como Miguel Guerrero; precisos, como Roberto Saladín e informales o ligeros, con Domingo Bautista como rey indiscutible.

Otros entrevistadores de la televisión criolla se destacan en ese renglón, aunque no sea su fuerte, debido su talento en general y recia formación, hablemos de Yaqui Núñez del Risco y Freddy Beras Goico (ya fenecidos) y de Socorro Castellanos, entre muchos.

Mientras que hay comunicadores que nunca superaron los malos hábitos que contaminan sus interviús, y el principal vicio en que incurren es  hablar mas que sus interlocutores o no destacarlos en sus contextos, es decir, querer brillar mas que el invitado.

Esto pasa sobre todo con locutores, reinas de belleza y otros profesionales que llegan a la tele, enlistemos ahí a Roberto Cavada y Doña Miledys de Cabral, entrevistadores grises, pero también a Julie Carlo, Zoila Luna, Mariasela Alvarez y Milagros Germán, quienes siempre hablan demasiado.

Otro aspecto es el de entrevistadores a los que les falta bagaje, y por tanto, no pueden profundizar en sus preguntas, como Luz García, y quienes obsesionados por acorralar a sus entrevistados se convierten en necios y machacones, como Anabell Alberto.

Todo esto viene a colación porque aunque casi no miro televisión por mis ocupaciones, pude ver diferida la comparecencia del veterano vocalista Leo Palacio al Show del Mediodía, y considero que fue un espacio muy bien aprovechado.

Desde mi punto de vista, el productor y conductor Iván Ruiz manejó de manera inteligente este dialogo, y por eso los datos impactantes fluyeron allí en forma espontánea, al menos en apariencia.

De verdad que una entrevista bien llevada puede dimensionar al personaje lo mismo que al medio que le expone. Y para muestra, Leo Palacio, merenguero de los 80, quien no se encuentra actualmente en los primeros planos, pero su intervención es motivo de comentarios.

Creo se justifica el que muchas personas, en lo adelante, estén atentos a estos encuentros que conduce Iván Ruiz en el Show del Mediodía.