LA COLUMNA DE HOY

El teatro está en ebullición

Con frecuencia escuchamos quejas, de gente amante del arte y la cultura, que critican  la banalización de los medios dedicados a la reseña de las actividades artísticas.

Y quizás tengan razón. Hoy día se le presta más atención, se consume más tinta y papel, al igual que tiempo en la radio y televisión, a trivialidades de megadivas, a exabruptos de los denominados cantantres urbanos y a las  trivialidades de gente que solo se les conoce en las redes sociales.

A las verdaderas figuras estandartes del arte y  a sus actividades, se les deja en un plano sedundario, terciario, y en muchos casos ni se le presta atención.

El argumento es que lo populachero y dicharachero es lo que le gusta a la gente  y consume el pueblo, y hoy por ello  ningún medio puede sustraerse a la realidad masificadora que imponen las modas y tendencias de estos tiempos.

Sin embargo, no todo es del color con que se pinta.

El sábado asistimos a la función de estreno de la zarzuela Cecilia Valdez, la obra cumbre del Teatro Lírico de la Habana, con una asistencia de público que llenaba el aforo de la sala Eduardo Brito del Teatro Nacional.

Un montaje excepcional que el público disfrutó a plenitud.

Al terminar la función advertimos que el bar del Teatro Nacional estaba a su vez abarrotado de gente  que acudió a presenciar la reposición de la pieza teatral a 2.50 el Cuba Libre.

Al abordar nuestro vehículo en el parqueo para marcharnos,  pasamos frente al local del Restarant Manikí, en los jardines del Teatro Nacional en la Plaza de la Cultura, y por igual estaba atestado de público que llenaba el local para ver el montaje de Divas Karaoke Show.

En un mismo recinto habían tres actividades exitosas todas, sin contar las demás en Bellas Artes, Teatro La Máscara, la sala Monia Solá  y otros locales que forman parte de la diversidad de recintos que acogen la efervescencia del teatro en este tiempo.

Como se puede verificar, vivimos una ebullición en el arte, en todas sus manifestaciones, lo cual rompe con el criterio de que nuestro pueblo es solo dembow y el mambo de la calle.

Justo es que apoyemos las expresiones de las más excelsas manifestaciones del arte, pues ciertamente, en materia de reseña y cobertura de prensa se encuentran por razones obvias, en un sitial de desventaja, para no decir de marginación.

Un montaje teatral supone meses de ensayos y preparativos, con unos costos superiores a cualquier otro, por el tema de la escenografía y los elementos que hoy día demandan las grandes obras.

Justo es que valoremos y apoyemos ese gran esfuerzo.