Librerías españolas en la encrucijada
La eternidad literaria no siempre protege del olvido. Lo saben en El Toboso, Zalamea y Fuente Obejuna, emblemáticos lugares cuyos lectores no disfrutan de una sola librería. La vida los ha igualado a los de otros 7.310 municipios españoles en los que tampoco pueden comprarse libros. Solo hay librería en 807 municipios españoles. Y la tendencia es a la baja: cada día se cierran dos.Donde antes había libros ahora hay de todo… menos libros. Hay silencio. No se salva ni Barcelona, capital de la edición en español. Allí, un McDonald’s ha reemplazado a una librería emblemática, Catalònia. En otra vitrina, antes compartida por Homero o por el último best seller, hay piezas antiguas para ser subastadas en Internet. En eso, en pujas online, quedó convertida Proa Espais, del Grup Enciclopèdia Catalana, que cerró por la caída en ventas y por el alto coste del alquiler.
Una sombra imparable que el año pasado cerró 912 de estos locales, a la vez comercios y espacios culturales. Una amenaza que ronda las 3.650 librerías que sobreviven, las tradicionales e independientes, medianas y pequeñas, muchas de las cuales se apoyan en venta de papelería. Lo hacen en un país donde reconoce leer con frecuencia no más del 30% de las personas. Y si alguna de ellas vive en uno de los 7.310 municipios que carecen de librerías y un día quiere comprar una obra, deberá buscarse la vida en varios kilómetros a la redonda, según el informe Observatorio de Librería 2014, de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal).(El País)
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