Divagando desde la Babel de Hierro...

Una cosa es con guitarra y otra con violín, pero para muchos son mejores cuando tienen guira…

NEW YORK.-Por mucho tiempo el gigante del booking del espectáculo "world wide" ,William Morris, ha sido el responsable de la venta de los grandes artistas del mundo.

Tienen en su catálogo centenares de nombres, como Rihanna, Alicia Keys, Selena Gómez, KC and de Sunshine Band, Justin Timberlake, Neil Diamond, Nas, Usher, Lady Gaga, Durán Durán, Natalie Cole, Neil Sedaka, Pet Shop Boys, Wynonna, 

Y en el campo de los latinos en su portafolio de venta tiene a Luis Miguel, Juanes, Alejandro Sanz, J. Balbin, Pepe Aguilar, Prince Royce, Salsa Giants, entre otros.

En la comedia manejan de igual modo centenares de artistas, como Eddie Murphy, por solo citar uno.

Montajes teatrales  como el de King Kong, Rain-A Tribute to the Beatles, Riverdance 20 Years The Anniversary Tour, The Star Trek, Walking with Dinosaurs, The Illusionists, Gladiator.

Te venden desde un artista de los más prestigiosos y caros del mundo, hasta una voz en off, un concierto cristiano, de jazz, sinfónico, teatral, pop, con roster aparte de Estados Unidos por Europa, Asia, teniendo en su cartera de clientes fijos el booking de grandes corporaciones públicas y privadas, ferias, colegios, eventos especiales.

En fin, un verdadero monstruo. 

Usted entra a las oficinas de WME en la Avenida de las Américas  en Manhattan, y le parece que ha llegado a un centro espacial de tantos empleados con sus catálogos de artistas, manejando las ventas y atendiendo llamadas de todo el mundo.

Una multinacional del espectáculo que impone el sistema de cobro de porcentajes sobre el mínimo, donde la empresa practicamente es socia de quienes contratan sus artistas.

Se habla de que ese sistema es el que se debería implementar entre los dueños de clubes dominicanos de Nueva York al hacer las contrataciones de los grupos musicales criollos para sus bailes, pero dudamos que el mismo pueda ser viable, en un medio como el nuestro, donde opera "lo comido por lo servido" .

Los dueños de clubes no perderían tanto cuando un baile se "descula", pero cuando sobrepasa el  mínimo tiene  la desventaja de que el artista puede ganar más dinero que el organizador del evento. Dudo que los promotores criollos entren en esa...

Dudamos de un acuerdo así en un sistema como el nuestro, donde artistas y empresarios practican la teoría "de la pala", como también la "ley del embudo"...

William Morris, y todas las grandes agencias, no te venden un artista si no se les suministra el plan de mercadeo de antemano que le asegure a ellos el éxito de la presentación de su artista.

Se puede caer, pero no por falta de promoción adecuada. Y eso lo controlan y practican como si fuera un concepto religioso. No como los promotores y dueños de clubes criollos, que contratan un artista caro, y no hacen la promoción necesaria para asegurar el éxito. Y cuando la actividad se cae, la culpa es del artista y no del sitio.

Habría que ver si eso fue lo que sucedió en la más reciente gira de Anthony Santos y Don Miguelo a esta ciudad de Nueva York, donde muchos que los compraron y presentaron están con el grito al cielo, algunos diciendo que después de eso se han ido a la quiebra.

El sábado Los Rosario estuvieron en Area 809 y fue un fracaso total, actividad para la cual Cirilo había plagado 12 mil 500 dolares a la orquesta, pero el público brilló por su ausencia. ¿La falla fue de Los Rosario, o de Cirilo que no hizo lo necesario para llenar el sitio?.

Cada quien tendrá su respuesta en todo caso, conforme a sus intereses, y criterio propio.

Pero volviendo a William Morris, no todo es color de rosa.

Hay artistas que se están saliendo de la cobija de esa empresa, que cobra un 20 por ciento de los contratos.

O sea, que de un millón de dólares, a ellos les tocan 200 mil limpios, si es que no envían personal al evento, que entonces el costo sería mayor.

Se está dando el fenómeno de que algunos artistas grandes latinos se están saliendo de William Morris, majenado algunos ellos mismos su carrera, como es el caso de Ricardo Arjona, cuya próxima gira completa ha sido comprada por Félix Cabrera, incluyendo su presentación en República Dominicana.

Jugadas como esta son las que deberían de alguno modo alertar a los dueños de clubes que ahora pretenden boicotear a las orquestas de merengue y bachata para que bajen su precio de venta.

El peligro los acecha. No a los atistas, sino a ellos…

Si se materializara el hecho de que ciertamente se ponen de acuerdo para no contratar a los artistas para sus clubes si no bajan de precio, ¿qué sucedería con los establecimientos de suramericanos que hay en Nueva York, sobre todo en el área de Queens?. ¿Eventualmente no pudieran aprovechar para contratar a esos artistas, con los que se atraerían al público dominicano?.

No hay que olvidar que artistas como Frank Reyes y El Torito tienen de hecho gran demanda en los clubes de los suramericanos, mexicanos y centroamericanos.

Que tengan cuidado con eso, que el león no es tan inofensivo como el que pintan en las cartulinas de los niños en los colegios.

Pero además, estando Félix Cabrera al margen de esas acciones, ¿qué sucedería si acoge en sus restaurantes las presentaciones exclusivas de todos los que los demás dueños los de clubes dejarían de contratar?. Es solo una hipótesis, quede claro.

El asunto, pues,  hay que tomaron con guantillas de seda para que no se raye la delicada prenda.

No olviden el tema musical de moda que en sus letras dice que "sin merengue no hay fiesta".

Con sus altas y sus bajas, sin merengue y bachata, en los clubes dominicanos de New York ¡no hay vida!.

Como decía Pepe Justiniamo en Radio Continental. "Dominicano, el agua es vida…no la desperdicies", mientras Rafael Martínez Gallardo en Radio Radio tenía una identificación promocional que decía: "Conozca la única región del país donde siempre hay primavera, visite Jarabacoa".

No vendría mal  un viajecito a Jarabaoca para "refrescarse" bajo una mata de pino, en una hamaca, con un jarro de champola de guanábana.... y uno disparando las semillitas negras por la boca untada como si fueran balitas.

¡Eso es vida!.