Joseph Cáceres

Cuando “ciertas restricciones aplican"

Por Amerfi Cáceres

Definitivamente que los dominicanos somos los mas vulnerables en todo el sentido de la palabra.  

La telefónicas nos abusan  sin que tengamos quien nos defienda, se nos queman y dañan los aparatos electrónicos a causa de los constantes apagones a los que venimos siendo sometidos desde que llegó  la electricidad al país, sin tener el cliente siquiera el derecho a una indemnización por daños y perjuicios, a diferencia claro esta, que si es el usuario el que se descuida con un pago  no tardan en suspenderle el servicio.

Lo mismo ocurre con las tiendas de ropas, tanto del país como con las multinacionales y afamadas marcas que tienen sucursales en la tierra de Duarte, Sánchez y Mella. 

Aquí en República Dominicana hasta para hacer un cambio se la ponen difícil a los compradores, aun sin salir con la mercancía de la tienda.

Una vez usted haya pagado no hay vuelta atrás, incluso, en muchos lugares hay que firmar el cambio de color o talla.

Todo el que viaja a los Estados Unidos y por supuesto los que residen allá,  sabe que las tiendas de ropa tienen ciertas facilidades a sus clientes, que aquí no.

Después del comprador pasar varios días con la camisa, el vestido, el abrigo, el sombrero, hasta los pantalones, no importa que tipo de ropa haya adquirido el cliente, la puede devolver y recibir no solo otra prenda, sino, recuperar su dinero.  

Que bien, lucen el vestuario todo el tiempo que quiera, usan trajes de noche, hasta bodas preparan y muchos invitados lucen preciosos trajes,  van a discotecas y bares, a restaurantes...en fin, le dan uso sin piedad con la salvedad de que luego lo devolverán y tendrán su dinero de vuelta.

El único requisito que se pide, es que lleve consigo el sello, algo que es fácil de esconder. Por eso es que vemos a tantas damiselas subiendo fotos a las redes con las mas caras marcas de la moda internacional, claro, si es que no les cuestan nada.

Lo  incómodo  de todo esto es, que muchas de esas boutiques no dan la factura con comprobante fiscal, aun ellos cobrando los impuestos establecidos por Ley, y que muchas de esas ropas después de haber sido usadas por quien sabe qué personas y que mañas pudieran tener, de seguro la traen para que los indios las compren al precio de caja, y encima de todo, sin ninguna rebaja y con tantas ñoñerías y dificultades que nos ponen.

¡Pero claro! en esta tierra de nadie, no hay quien nos defienda.