Del Nueva York Grande, al Nueva York Chiquito...

¡Será un enano, será lampiño!

Un verdadero desastre es lo que ha provocado el nuevo sistema biométrico que ha implementado la Dirección General de Migración y la Junta Central Electoral en el Aeropuerto de las Américas para mantener el control de los pasajeros que salen y llegan al país.

Lo vivimos al regresar de Nueva York, al tener que esperar  casi una hora  en la entrada de chequeo de Migración, donde han colocado lectores de huellas de los dedos y cámaras fotográficas para tomar fotos de los que ingresan por la terminal, parecido al sistema que hay en los aeropuertos de Estados Unidos.

Pudimos observar en la fila, cómo  el aparato donde se colocan los dedos para su lectura, no daba "pie con bola" con los de una señora, mientras el inspector de servicio hacía de todo, empujándole la mano, y apretándosela sobre el escáner del aparato una y otra vez sin  ningún resultado. Casi media hora en ese afán, mientras una larga fila de personas cansadas que venían de un viaje, esperaban impacientes en una larga fila.

Lo último que hizo el pobre inspector, fue que  salió de la caseta y se dirigió al baño.

De allí salió con un bollo de papel sanitario para limpiar el escáner de huellas digitales, para ver si era que estaba sucio, pero ni así quería el aparato tomar las huellas de la señora. Estaba negado, ¡cerrado a banda!…

Una situación realmente insólita.

Cuando por fin el aparato admitió leer los cuatro dedos de la mano derecha creíamos que el asunto ya había concluido. Pero entonces  se produjo la misma zoquetá con los dedos de la mano izquierda. ¡Tampoco quería leer las huellas!

No sabe uno para qué tantas lecturas de dedos, cuando en Estados Unidos se toman los de una sola mano.
¡Nada más le faltó pedir que colocaran los dedos de los pies, y  que la doña se le pusiera en cuatro!.

Cuando llegamos a la casilla tuvimos la suerte de que el fuñío aparato fue más generoso con nosotros, pero con todo y ello tuvimos que hacer malabares quitando y poniendo la mano más de una vez, para que nos leyera ls huellas.

Luego la foto, donde a diferencia de Migración de entrada a los Estados Unidos, aquí se hacen con cámaras profesionales Canon, de las que usan los fotógrafos de profesión.

No se sabe para qué se adquirieron esas costosas cámaras, cuando las de los aeropuertos de USA son diminutas, pues es la cara de la gente lo que interesa y se procura captar.

¡Ni que fuera para hacerle una sesión fotográfica a uno!.

Un amigo en la fila dijo que en la compra de esas cámaras de seguro que alguien tuvo “una búsqueda”, cosa que no creo, porque nadie haría eso en este gobierno. (?)

El caso es que el inspector nos dijo que nos quitáramos la gorra para tomar la foto, y lo hicimos.... Luego nos pidió que nos quitáramos los espejuelos, algo  que también hicimos, pero  al ver los tantos requisitos y exigencias, no podía salir de ahí sin desquitarme para por lo menos cobrarme la pérdida de tiempo por un proceso que están experimentando y ensayando con nosotros los pendejos viajeros.

Le dije al tipo que podía seguir quitándome más cosas para que me retratara. Que inclusive, me le podía encuerar para que tomara bien la foto, pero que pensándolo bien, le sugería que mejor esperara a una de las chicas de Telemicro que llegó en el mismo vuelo, y que estaba esperando en la fila. ¡Que hasta yo le ayudaba a tomar la foto, asegurándole que cuando estudié comunicación el difunto Max Pou me dio clases de fotografía!.

Los que esperaban en la fila, rieron de buena gana y se gozaron la ocurrencia y el vacilón que le monté al inspector de Migración.

Cuando por fin salí de ahí me encuentro con un trabajo en la prensa,  donde dice que la gente  que sale y que llega al país por ahí está con el grito al cielo.

En Listín Diario leí lo siguiente:

“La situación se torna más precaria cuando  se juntan pasajeros de dos tres vuelos simultáneamente, abarrotando los salones de migración de salida y llegada, lo que crea un caos en el área.

El problema provocó  este lunes que se registrarán largas filas de pasajeros nacionales y extranjeros en las terminales A y B, con intenciones de entrar o salir del país desde o hacia Nueva York, Miami, Puerto Rico, Atlanta, New Jersey, Newark, Caracas, Venezuela, Panamá y Curazao.

Los pasajeros alegan que tienen que esperar hasta dos horas para poder chequear sus documentos y abordar los vuelos. Indican que anteriormente a la puesta en vigencia del sistema ellos solo esperaban 15 y 20 minutos para realizar el proceso.

“Estos es inconcebible que tengamos que esperar tanto tiempo en el salón de migración para poder chequear los documentos de viaje” expresaron algunos de los quejosos.”

Consuela el hecho de que no lo ha sufrido solo Zorro...pero....

¡Ya si de verdad que estamos llegando al Nueva York chiquito con estos avances! (?).

Lo único malo es que el Nueva York Chiquito que nos prometieron no es chiquito na', ¡es un enano!.

Pero,  será un enano, será lampiño pero esas bolsas no son de niño!