ARTE NACIONAL

Misión aburrida

Al evaluar las actividades artísticas del país  en lo que va del año el balance  resulta sumamente aburrido y recurrente.

Nada que no sea lo mismo de todos los años.

Las mismas caras insípidas haciendo lo mismo del año pasado, sin que nadie se haya preocupado por sorprender con algo distinto.

Los cantantes, las orquestas, los programas, los presentadores, los comediantes, todos repitiendo el mismo esquema iterativo, y por lo cual hay que nominarlos y hasta premiarlos.

En verdad no se sabe en qué se diferencia uno de otro para entregarles un galardón, cuando todos los que se señalan como nominados están haciendo lo mismo.

Gente cobijada bajo su nombre y repertorio, haciendo su trabajo de siempre para ganarse la vida, pero nada trascendente ni verdaderamente valorable.

Resulta penoso decirlo, pero un premio así, obligado a carabina a premiar lo que hay, porque no hay otra cosa, pierde interés y eficacia.

Sólo el espectáculo puede salvarlo, pues ya la gente no se pelea por la preferencia de a quienes se premia.

Le da igual que le den el premio a fulano o a sutano, porque para el caso, ¡es lo mismo!.

Y que conste, que la culpa no es del premio, que se caería si se deja un gran número de renglones desiertos.

El premio está ahí, cumpliendo con su misión de exaltar los valores del arte en sus diferentes manifestaciones.

El problema está en los premiados.