Renegando del éxito
En el arte popular y en la música se dan situaciones curiosas.
Lograr un éxito musical que le catapulte a la fama es un objetivo crucial y primordial de todo cantante novel en busca de fama y propaganda para establecerse en el mercado.
A partir de un solo hit hay figuras que se establecen y que sobre la base de la continuidad en el trabajo, se convierten en grandes figuras de la música.
Lo paradójico es que luego de alcanzar el pedestal de la fama y el éxito muchas veces los artistas reniegan de los temas que les han sustentado.
Juan Luis Guerra, ahora como cristiano, se ve de frente a la disyuntiva de los temas eróticos, con los que alcanzó fama mundial, como es el caso de “Burbuja de amor”, con el pez “pegando la nariz en la pecera de ella”, o el hermano Ramón Orlando, el que se congrega y predica la fe, teniendo que cargar sobre sus hombro a un “Venao”, un canto, aunque jocoso, que es una apología a la infidelidad.
Niní Caffaro debe estar cansado de la identidad lograda con “Por Amor”, al cual lleva como una cruz, pero sin el cual, quizás no existiría hoy como cantante.
Romeo Santos refiere de “Obsesión”, el primer ‘éxito de Aventura, que lo catapultó a la fama, que es el más malo que ha hecho.
Sin embargo fue su tabla de salvación, en un mercado tan difícil y veleidoso, como lo es el de la música.
En el ámbito internacional recordamos a las Kétchup, de España, que lograron emerger y alcanzar gran fama con el tema “Asemejé”, del cual renegaron en pleno apogeo de su carrera, diciendo que estaban cansadas de que en todas partes el público se lo pidiera.
Luego de eso nunca más volvieron a ver a Linda, como dicen, y el grupo cayó en un penoso declive, que ahora quisieran ellas que el público les siguiera pidiendo el Aserejé para seguir "en su salsa"
Pero así es la vida, cuando es de kétchup y mayonesa.
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NIURKA BAEZ,
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