Johnny Ventura

“El que ensilla su caballo sabe para donde va” (Refrán)

Hay detalles que no se perciben, y que son obviados por la gente del medio, inmersos como está todo el mundo solo atentos a los "busca sonido", como dice Robert Sánchez.

Se prioriza y privilegia a los "ruidosos, como una manera de llamar la atención, aún cuando se trate de cosas sin importancia. 

"Demasiado ruido, para cosa de tan poca monta", decía en su parlamento un personaje de la obra "Pirámides 169",  en la que participamos en Colombia.

Johnny Ventura es el cantante de participación actualmente más diversa en los actuales tiempos, con una impronta asombrosa que supera a todos los demás.

Ahora mismo hay que decir que está "como el arroz blanco", sonando con todos los géneros musicales, y con artistas de diferentes generaciones con los que ha hecho featuring.

Está sonando en la radio con un tema de temporada que grabó con Juancho, cargado de gracejo y sabrosura, muy contagioso.

Pero también anda sonando en una salsa...de igual modo con Ilegales, aparte de las colaboraciones con Kinito Méndez, y para rematar, los tradicionales temas navideños de cada año.

Insistimos en ello para resaltar el detalle de que Johnny Ventura es el artista que mejor aprovecha las oportunidades, y que le sabe sacar partido a las ocasiones, siempre al acecho y a la caza de hacer negocio.

No en vano se ha mentenido en un plano primario a través del tiempo.

No porque hemos trabajado con él en varias ocasiones, sino porque estudiamos a la gente en sus detalles, podemos afirmar que no hay nadie en este medio con la capacidad de trabajo y de "joseo" de un Johnny Ventura.

Es ahí a donde algunos no llegan, enfatizados como están en sólo apreciar elementos circunstanciales en la trayectoria de los triunfadores.

Y ahí está Johnny, presente,  tocando en Navidad más que muchas de las llamadas orquestas de este tiempo.

Pero también lo hemos visto en su casa, en años anteriores, trabajando en recopilaciones de discos, como por ejemplo albumes personalizados para la temporada navideña, que imprime por millares, que coloca en oficinas, privadas y estatales, y que las empresas le compran para regalar a sus empleados, o que llegan en canastas como parte de los obsequios navideños.

Con una llamada desde su casa vende miles de copias a oficinas y empresas.

Una manera inteligente de "buscársela", que emplea El Caballo, para conseguir un buen "chanchito" en la temporada de Navidad, cuando hace falta.

El tipo no se sienta a esperar a que le llegue el maná como algunos piensan...¡Va y lo busca!.

Ventura fue el creador del Club de los Monos, para relajarse él mismo, antes de que otros lo hicieran, creyendo que era lo único con que lo podían atacar en plena efervescencia de su carrera.

Y claro, en el grupo incluyó a sus amigos, que también atronaban en el medio como Rafael Corporán, Tito Campusano, Joseíto Mateo,  El Gato, y otros.

¡Muerto ese abejón!. ¡Nadie podía estigmatizarlos por feos!.

Lo mismo hizo luego Rafa Rosario, cuando proclamó "si me dicen feo, yo me lo bufeo", argumentando que era como "el oso, feo pero sabroso", cuando los locutores comenzaron a decir de Los Rosario que eran "los hermanos caradura".

Su hermano Toño se montó en el mismo carro, y se identificó como "El Cuco",  el alter ego que en las leyendas urbanas sirve para identificar a los "espíritus" o demonios  que asustan a los niños.

Ya comentamos que el evento de "Navidad Pal' Pueblo" , que hoy día promotores, artistas y empresas se disputan, fue una creación de Johnny Ventura, por solo citar un caso de los tantos  en los que El Caballo Mayor ha sido el protagonista.

Y a nivel popular, ¿cuáles eran sus estrategias de mercadeo para sus fiestas, conciertos en el Teatro Agua y Luz, estadio Quisqueya y Centro Olímpico? . A Johnny  lo veíamos besando y abrazando hasta a las trabajadoras domésticas en sus fiestas, mientras otros merengueros sólo se hacían fotografías con las bonitas.

¿Explicación?. Esas feas, agradecidas, de haber sido tomadas en cuenta por el principal merenguero de aquellos tiempos,  llevaban al barrio entero cuando Johnny tocaba en un sitio. Se producía un efecto multiplicador... mientras las bonitas, como eran codiciadas y eran ellas las importantes, a lo sumo iban con un acompañante, mientras las feas acudían agrupadas en trulla.

No se puede dejar de mencionar en el perfil mercadológico de El Caballo  a las laboriosas muchachas de la Tía Herminía, Nancy, El Tronco, y las controladas por Cambumbo, que injustamente han sido etiquetadas con el calificativo de "cueros", y con las que tantos artistas tienen una deuda pendiente impagable de gratitud, por su promoción gratuita en las velloneras de los cabarets de prestigio y de mala muerte de esos tiempos.


Y es que sin la parte alta de la capital, ¡no hubiera merengue ni merengueros de los 80's!. ¡Escribánlo en los libros, no dejen a los cueros fuera!

Un mercadeo articulado por Johnny, con efluvios de sabiduría popular y del "tigueraje" de un artista surgido de las entreñas del pueblo, con elementos  y conocimientos que no se adquieren en las sofisticadas academias de música.

En el pueblo, en el barrio, en las calles, se aprenden cosas que no se consiguen en las escuelas, y que en definitiva son las que norman y establecen la diferencia entre uno y otros.

El caso es que Johnny, con todos los años que tiene, sin retiro (porque lo del retiro se sabe bien que fue un marketing de ocasión), se mantiene con una vigencia asombrosa.

Con una vitalidad tal que le lleva a estar apoyando un movimiento sin igual, (Merengueros Siglo XXI) como no se había dado en la música en toda su historia, como bujía alimentadora, que se mantiene encencida a través del tiempo.

Al margen de creencias, querencias y mezquindades, hay que quitarse el sombrero frente a Papá Ventura.

Y decimos papá...pero en verdad, uno no sabe en qué posición situarlo.  Si en abuelo, suegro, tío, hermano, hijo o primo, pues se mueve en todos los planos del árbol genealógico ese caballo trotón,  que sigue siendo de campo y pista.