lunes, 18 de enero de 2016

ARTE NACIONAL


Sobre el lomo de Rocinante
En la época de la radio romántica de siglo pasado los radiodifusores tradicionales, o mejor dicho, "los dueños de emisoras de radio" acostumbraban a operar los equipos  hasta agotar el último filamento de los tubos de los transmisores, en tiempos en que todavía no existía el “solid state”, ni la plataforma digital de hoy  en día.
A medida que se iban agotando los tubos, del mismo modo disminuía el alcance y la fidelidad de la señal, en un progresivo proceso de “muerte lenta”.
Sólo cuando el transmisor "daba el tiro", como dicen, procedían a sustituir el tubo muerto por uno que tenían en reserva.
El cual en modo alguno era nuevo, pues se acostumbraba a traer tubos de transmisores de medio uso, o descartados por las emisoras de Estados Unidos, al cumplir su tiempo de utilidad, así como algunos importan autobuses amarillos escolares (school bus)
que han cumplido allí su ciclo vital, y que aquí es que entonces cogen fuete en el transporte público.
Esa era la radio rudimentaria de otros tiempos. Con transmisores hasta hechos aquí, como el de la emisora  La Brava de Otilio Castro Luperón construido sobre la base y el armazón de un teletipo.
Esa radio rudimentaria y rocambolera no es posible ya en estos tiempos... en la era cibernética, donde lo digital y "online" gana cada vez más terreno.
Los tiempos han cambiado, generando nuevas perspectivas, tendencias y corrientes, obligando a profundas transformaciones en todos los órdenes.
Los cambios han condenado al pasado y quienes se le aferran...
Algunos deberían entender que no es posible ya cabalgar sobre el lomo de Rocinante, persiguiendo sueños, sin un Sancho Panza que te entretenga, ni te sirva de contraparte y compañía.

1 comentario:

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NIURKA BAEZ,
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