La Bruja del Bosque Encantado

La Fábula de Maléfica en "Brillante Navidad"

Ya se sabía de antemano que la Maléfica del Parque Iberoamericano no se iba a quedar callada sin tratar de infundir
miedo  y maleficio ante el resonante éxito de Brillante Navidad.
Ella se ha creido ama y dueña del Bosque Encantado y por ello nunca desaprovecha para articular un maniqueísmo perverso.
Y volvió con su mismos aullidos y su  retahila de siempre de fiera herida, lanzando rayos y centellas contra el síndico, tratando de opacar y ocultar el bosque de luces con sus fallidos hechizos.

Según se sabe, en los alrededores del parque de las luces se escuchó un rugido tenebroso y dantesco, cuando los medios se hicieron eco del gran éxito de la Brillante Navidad.
Maléfica entró  en crisis y al conjuro de sus sortilegios malignos emanó e irradió toda la maldad heredada de sus ancestros vascos, en un vano afán por transformar una realidad que la golpea de frente.

Es tan desconocedora y manipuladora de la verdad que plantea que se hace un gasto inneceario de energía eléctrica al disponer de 40 millones de bombillas para iluminar el Bosque Encantado,  sin parar mientes en que se trata de diminutas piezas LED que apenas consumen electricidad, porque para ignorante y desubicada, ¡búsquenla!.
Y como es de suponer, a falta de argumentos, la misma cantaleta de siempre de que en la zona hay hospitales.

¡Pobre Maléfica!...Demostró nueva vez que es una patética aprendiz de bruja desahuciada, que como mala actriz puso al descubierto el personaje hamletiano que lleva por dentro.

Un pesonaje en ella en el proceso final de su enfermedad terminal, con un "leit motiv" que se agota, que al parecer morirá en la escena al borde del proscenio, entre escarcha, confetis, pitos y serpentina, con la llegada de cada Brillante Navidad, por los siglos de los siglos, amen.

Nostoros, mientras tanto,  encenderemos un cirio, rezaremos tres Padres Nuestros y un Avemaría, para que vaya en paz... Malécia.

¡Vayanse en paz mi comadre váyase en paz!...