¡Qué duros son!

¡Salseros que castigan a las mujeres!

Bueno, por lo visto se ha virado la torta, y los intérpretes de la salsa han decidido no solo ya cantarle al amor romántico, "de cocaleca, confeti y serpentina", y han decidido adoptar la línea dura de castigar a las mujeres.

Bastante ya tienen los hombres con Miriam Cruz en su desamor, maltratando a los hombres, línea en la cual están Las Divas By Jiménez, quienes tampoco le sacan el guante al llamado sexo fuerte.

Así que se han decidido por darles una taza de su propio chocolate a las mujeres, talvez de una manera muy dura y cruel.

El rechazo expresado en su quinta esencia, no sólo diciéndole que ya no las quieren, sino con un maltrato extremo, al señalarle que ni siquiera en el sexo se les aprecia.

Yiyo Sarante es el más duro de todo, con la salsa que suena la radio, que en sus letras dice, que mejor “se la hace con las manos”, antes que estar con ella.

No le provoca que ella se le exhiba en panties, porque no le gusta como ya se ve en su exterior, que ¡se vaya a quitar las ganas con cualquier otro!.

La Chiquito Team Band no se queda atrás, y ha logrado su mayor éxito con otro tema castigador, titulado “La llamada de mi ex”, donde manda a su ex a “freír tusas”, desconsiderándola al decirle que ya tiene otra que “lo hace mejor que ella.”

Como si fuera poco, otra salsa exitosa, nada romántica, que también en sus líricas maltrata a “las ex” , la tiene Felix Manuel, quien salió del anonimato con “Y ahora resulta”, sacaliñándole todo lo que le compró, donde le dice que cuando la conoció, no era nada, y que se gastó un dineral comprándole ropa de diseñadores, le puso pecho y le puso nalgas, y una cintura donde antes tenía llantas. Todo un insulto cuando le dice "maldita sucia".

Lo curioso es que el éxito de estas salsas con alusiones eróticas, donde se desprecia a las mujeres de manera tan descarnada, se han convertido en éxitos, gracias al apoyo de las mismas mujeres.

No faltan quienes lo celebran, cansados de los insultos de las mujeres con temas como “rata de dos patas” y otros, lo cual en modo alguno se debe coger muy a pecho, porque es parte del negocio. ¡Parte del show!