¡Sigue chupando que hay más!

¡Que den! que cogemos ¡hasta golpes!

En la fiesta del Grupo de Medios Corripio, en Plaza Sambil, Pepín Corripio se botó, y rifó entre sus empleados más de medio millón de pesos en efectivo y dos carros.

Pepín está como nunca últimamente, contribuyendo con muchas obras sociales, y por primera vez ofrece estos regalos en una fiesta, donde la temática predominante, como parte de la fantasía de Navidad, fue el Viejo Oeste.

Así vistió, al igual que los demás, poniendo de relieve una sencillez fenomenal.

No han faltado los que dicen que le está siguiendo los pasos a Juan Ramón Gómez Díaz, del grupo de Medios Telemicro, quien cada año hace una fiesta descomunal para sus empleados.

Ojalá y fuera así, porque ello contribuye a fortalecer los lazos obreros patronales, y a darle una dimensión muy humana a las relaciones de trabajo.

Otros empleadores y empresarios deberían seguir esa tendencia.

Sobre todo los que gracias al trabajo y al esfuerzo de sus empleados ganan millones de pesos cada año con sus empresas.

Hay que retornar el espíritu de la Navidad que a nivel empresarial se ha perdido, con muchas empresas que han abolido sus fiestas navideñas para no gastar.

Incluyendo al gobierno, que quitó las fiestas de las empresas públicas, dizque en plan de austeridad, sin embargo cada año se jacta de las altas recaudaciones aduanales y de Impuestos Internos.

Es bañado  en dinero que está el gobierno, proclamando a través del Banco Central el crecimiento de la economía, pero al momento de la repartidera, ni siquiera en Navidad se cantea.

Eso lo sufren no solo los empleados públicos que se han quedado sin fiestas, sino también los artistas.

Aunque, hay que reconocer que con el programa de las Fiestas Populares que patrocina el gobierno en Navidad, se mitiga un poco el impacto que el programa de austeridad en ha provocado en los músicos y artistas.

Volviendo a Pepín, que siga dando. Sin ánimo de competencia con ninguna otra empresa.

Y si así fuera, ¡bienvenida sea!.

¡Muchos cuartos, muchos carros, muchos apartamentos!.

¡Fuera las muñecas de trapo que dan algunos!.