Amelfis Díaz y Alex Matos

El trabajo que está haciendo Amelfis Díaz con Alex Matos demuestra la importancia de tener un manager en capacidad de gerenciar la carrera de un artista más allá de las posibilidades que ofrecen los ámbitos y ambientes locales.

Hay salseros criollos que se pueden considerar de primer orden, pero se han quedado cantando en “cars wash” y en las discotecas de la avenida Venezuela, debido a que tanto ellos como sus manejadores carecen de visión para expandirse y procurar abarcar otros mercados.

Y en cierto modo se entiende, porque no todos los managers tienen la capacidad de mover figuras en el ámbito internacional, con posibilidades de éxito.

Por ello destacamos el trabajo de Amelfis, quien le está abriendo brechas en eventos importantes  a su artista Alex Matos como una manera de potenciarlo y proyectarlo en  localidades lejanas a las nuestras.

El que Alex Matos estuviera abriendo el show de Aventura presentado durante el mes de febrero en el Teatro United Palace, constituyó una magnífica oportunidad para promover al salsero entre la gente que fue  a ver el re-encuentro de Romeo con sus antiguos compañeros.

Lo mismo hay que decir sobre el hecho de que Alex fue el único salsero criollo en el recién celebrado Festival de la Salza montado por La Z de Puerto Rico  en el estadio Hiram Bithorm.

En el teatro aprendimos que  si en una obra te toca un papel corto, debes aprovechar y convertirlo en una "tacita de plata" con una actuación que la gente recuerde.

Un escenario, por ejemplo, como el de Premios Soberano, puede ser la mejor plataforma de lanzamiento de un nuevo talento, que en materia de promoción  vale más que un mediatour por todos los programas de televisión juntos, en virtud de su masiva y cautiva audiencia.

Stephanie

Se pudo verificar en el premio, entonces Casandra, en 1999 en que Carlos Alfredo Fatule actuó con su pequeña hija Stephanie Fatule. Esa sola participación constituyó el mejor "plug"para dar a conocer y proyectar a la pequeña, independientemente de que luego, las dificultades y limitantes propias de un mercado que se ha atomizado para las cantantes solistas, impidieran su desarrollo.

Pero, el trabajo inicial se hizo.

En el país tenemos salseros con talento, carisma, pegada, pero que tienen que "quemar" fases como los cohetes para superar etapas.

A la mayoría de los salseros criollos no solo les hace falta proyección internacional, sino también penetrar aquí a capas sociales donde todavía no son asimilados.

Nada de eso lo podrán conseguir si se quedan en el cars wash, en los clubes de la Venezuela o cantando con una pista en las famosas "discotecas de tigueres".