jueves, 3 de marzo de 2016

ARTE NACIONAL

El prejuicio como leitmotiv en nuestro arte
No hay expresión del arte popular que en sus inicios haya escapado a los prejuicios sociales del momento y la época  que le ha tocado.

Empezando por el merengue, que en su expresión más primigenia fue despreciado y marginado por sectores importantes de la rancia sociedad de la primera mitad de siglo pasado, que le negaba la entrada a los clubes y a los más prestigiosos salones de baile.

Hasta que Luis Alberti lo tomó, y lo "acicaló", para darle entrada en sociedad, pese a la ojeriza de los cultivadores del vals y de otras expresiones asimiladas de lejanas culturas.
Y claro está, amparado en la permisividad del dictador Rafael Trujillo, una realidad que no se puede negar.

El auge y la popularidad alcanzado por el merengue  como todos saben lo ha llevado a ser parte de nuestra identidad artística, social, cultural.

Con la bachata sucedió una situación peor, pues se recordará que cuatro décadas atrás se le consideraba una expresión musical de bajos fondos, "música de guardias", de las que muchos se avergonzaban, y se cuidaban de que los descubrieran escuchándola.

¿Y qué no ha sucedido con la bachata, sobre la que se sustentan hoy día nuestros principales artistas en el mundo?.

Si nos vamos al humor, cuando llegaron los comediantes de la calle, cobijados en la carpa televisiva de Telemicro, sufrieron el rechazo de sectores conservadores y ortodoxos debido a su origen y extracción humilde. Con el tiempo hubo que declararlos como los "Nuevos Reyes del Humor", y son los sustentadores de la taquilla del cine dominicano, y de los programas artísticos  criollos de la televisión de mayor audiencia y facturación.

Los exponentes  de los ritmos urbanos no podían escapar a los prejuicios, y de igual manera han tenido que imponerse, luchando contra viento y marea, agenciándose sus propios medios de promoción y proyección, hasta alcanzar hoy día el sitial de dueños de las tarimas y de los escenarios populares, al igual que los más importantes espacios de la televisión musical.

El mismo cine criollo es objeto de menosprecio y de ataques por parte de gente que se resiste a su auge, sólo porque los protagonistas del mismo, son en su mayoría de raíces y esencia popular.

¡Hay que ver como los  acaban!
Lo mejor es la respuesta que al final de cuentas el cine criollo les da, llenando todas las salas, estableciendo récords de asistencia y de venta, y superando con creces a las grandes producciones de Hollywood que se estrenan y exhiben en el país.

No será el cine de Hollywood que algunos quisieran, pero es el nuestro…el que la gente quiere ver y apoya.

¿De que hay que mejorarlo?. Hay evidencia de que se está en ese camino... A pesar de los pesares, de los que sólo critican y nada aportan.

5 comentarios:

  1. El cine de aqui sencillamente es un cine hecho por gente como uno para gente como ellos.Porque esa es nuestra cultura un reflejo del personaje del chapuceo y del tiguere vestido de pariguayo.

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  2. Por eso el cine del patio no va a trascender, porque esta hecho para este blanco de publico, solo hay que ver todo el vulgo, la gleba insurrecta, la plebe que va a ver una pelicola.

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    1. Que comentario tan estupido, el tuyo, precisamente de eso se habla en el articulo de la gente que descarta sin saber que contra el avance...de las cosas se logra precisamente contra viento y marea...fujate, nuestro cine es ya un material de exportación seguimos avansando y tu y tu mentalidad retrograda, no lo van a detener...sientate a sufrir y ver pasar la vida solo criticando y menospreciando a quienes ante tus ojos avanzan, sin hacer casi a tu ladrido de perro golpeado por la realidad de que los demas avanzan y tu sigues escribiendo y criticando lo que tu no puedes superar

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    2. Pero no te enojes Robertico Salcedo.

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NIURKA BAEZ,
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