La temporada 2016 marcará 60 años de presencia dominicana en las Grandes Ligas, una relación ganar-ganar que ha dado alegría y elevado la estima a un pueblo e inundado con millones de dólares las cuentas de los protagonistas, además de generar miles de empleos y oportunidades de negocios en el país.
Pero la primera década de aplicación del programa de dopaje (2005-2015) ha enlodado tanto esta Marca País, que ha automatizado la sospecha sobre cualquier pelotero con pasaporte o ADN duartiano, y creado asteriscos que demoran el ingreso a la inmortalidad de leyendas, y ponen en dudas el ingreso de otros.
Si faltaba un capítulo que eliminara toda posibilidad de asombro, ése lo protagonizó el mes pasado Jenrry Mejía, convirtiéndose en el primer pelotero expulsado de por vida por fallar tres veces al programa.
Son 37 de los 658 criollos que han llegado al Big Show los que han sido suspendidos vinculados al uso de sustancias para mejorar el rendimiento o estimulantes, tres de ellos en dos ocasiones. Es decir, el 5.6% figura en la lista no deseada del béisbol.
Para tener una mejor idea de lo enorme que es la cifra, Estados Unidos, con poco más del 70% de los jugadores en nómina, ha tenido los mismos 37 suspendidos que la República Dominicana, que representa el 10% del total de peloteros en los rosters de 25 hombres.(Diario Libre)
Pinedo: es prácticamente imposible no detectar el dopaje en las pruebas
Para el doctor Milton Pinedo, especialista en medicina del deporte, para la República Dominicana borrar esa imagen de trampas se requiere un trabajo profundo en las escuelas.
“Es un conjunto de factores que no son explicables desde el punto de vista del deporte, sino de la sociología, de eso que llamamos una subcultura en el uso de esteroides aquí donde incluso magnificamos la potencialidad que puede tener un atleta con el uso de esteroide y también reducimos al mínimo la posibilidad de detención”, dijo Pinedo, presidente de la Federación Dominicana de Medicina del Deporte.
“Hay muchos mitos y hay una subcultura en el uso que debe ser combatida. Ya no es en el atleta, es en el entorno del atleta, hay que trabajar mucho con los trainers y a nivel escolar, que desde temprano los futuros atletas y beisbolistas vean que es imposible burlar el uso de esteroides, además de los daños que produce”, insiste Pinedo.
En las pruebas de Almonte como de Mejía, aplicadas en la temporada muerta, se encontró la sustancia Boldedone, un esteroide que aumenta la masa muscular y que es utilizado para los caballos de carrera.
“Es sumamente fácil de detectar, tan fácil que los rastros duran seis meses porque metaboliza a través del hígado, dura muchísimo tiempo en el organismo, es prácticamente imposible no detectarlo con los equipos o poder burlar un análisis donde se encuentre presente esa sustancia o cualquier esteroide”, explicó el profesional de la salud.(Diario Libre)
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