martes, 22 de marzo de 2016

Las "paladares", restaurantes privados, se han convertido en todo un fenómeno en La Habana.
Los cubanos que están viviendo el "sueño americano" en la isla
Casa propia, carro y un negocio prosperando: la esencia del llamado "sueño americano". Hace sólo cinco años en Cuba era muy difícil, pero ahora los casos se multiplican todos los días.

Es la historia, por ejemplo, de Carlos Cristóbal Márquez, el habanero que es dueño y cocinero principal de "la paladar” San Cristóbal.

Ese restaurante tuvo entre sus clientes más recientes nada menos que al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien visitó la isla entre el domingo y el martes.

Gracias a la aparición del mandatario estadounidense, San Cristóbal es el establecimiento de moda y no quedan mesas para reservar en estos días.

Obama es el sexto presidente que come en el lugar. También han pasado por allí Mick Jagger, vocalista líder de los Rolling Stones, y la cantante Beyoncé.

Márquez y su restaurante no son casos excepcionales.
Forman parte de los cubanos repatriados y cuentapropistas que decidieron arriesgar capital y emprender en la isla.

Toda una muestra de la nueva ola de cambios que se viven en Cuba en los últimos años y que se aceleran con el descongelamiento de las relaciones con Estados Unidos.
Barack Obama paseó por las calles de La Habana vieja y comió en una "paladar".
San Cristóbal
En Cuba, Márquez trabajó en rubros vinculados al turismo en instituciones estatales.

Estuvo en Brasil, Estados Unidos y España, pero ahora nada lo mueve de Centro Habana, el histórico barrio donde vive y tiene su "paladar".

"La visita de Obama fue sensacional. Nos saludó a todos, dio la mano y nos pidió una foto. Después me dijo 'tengo hambre' y se sentó en la mesa principal", le cuenta el orgulloso dueño del San Cristóbal a BBC Mundo.

El cocinero cuentapropista relata que el mandatario de EE.UU. pidió un solomillo con las tres salsas de la casa y su esposa Michelle Obama ordenó un plato llamado "Sensación habanera", que consiste en una fajita de carne con salsas y plátano maduro (frito).

Después Obama cumplió un deseo que había expresado en los días previos a la visita, pudo tomar una taza de fuerte y negro café cubano antes de retirarse del restaurante.
Las "paladares" -al parecer el nombre viene de una telenovela brasileña que fue muy vista en Cuba- son muy populares entre los turistas extranjeros.
"La casa era mía. Ahí emprendí con el restaurante. Mis viajes me permitieron montar algo. Creo que aquel que tiene fuerzas de iniciar algo, debe hacerlo. Considerando mi caso, yo lo recomiendo", señala Márquez.

En la mayoría de las capitales latinoamericanas, un restaurante con el éxito del San Cristóbal tendría una ubicación en algún barrio exclusivo.

Sin embargo en La Habana se encuentra rodeado de casas en condiciones precarias y con calles tan estrechas que la caravana de Obama casi no pudo pasar.

¿La explicación? El gobierno cubano permitió la compra y venta de casas y el denominado "cuentapropismo" dentro de un paquete de reformas económicas entre 2010 y 2011.

Así fue como Carlos Cristóbal Márquez decidió establecerse en Cuba y abrir su negocio en la casa de Centro Habana que le pertenecía.

La comida de Obama
Tan amplio es el fenómeno de los repatriados y cuentapropistas en Cuba que ya encuentras en La Habana empresas de servicios para aquellos que quieren invertir en bienes raíces.
El chef Jordi Escárraga antes trabajaba con el estado. Ahora tiene su propio restaurante.
Es el caso de Point2Cuba, una compañía que se encarga de gestionar la compra y venta de propiedades y el alquiler de inmuebles.

"El mercado inmobiliario era casi virgen y por eso decidimos ayudar a los cubanos que viven fuera del país que quieren recuperar sus casas o comprar", señala Yad Aguiar, miembro de Point2Cuba y que también volvió a La Habana a emprender después de vivir años en Canadá.

Aguiar explica que el mayor movimiento económico está relacionado con la compra de casas para emprender negocios, pues en Cuba todavía no existe diferenciación entre la propiedad comercial y la residencial.

"La cantidad de cubanos que han vuelto es increíble, nos asombra. Ellos venden todo lo que tienen en otros países y vuelven con ese capital y sus ahorros para empezar aquí sus negocios. Compran una casa, la remodelan y abren un negocio como un restaurante, un bar o una cafetería", señala el entrevistado.

En el sitio web de Point2Cuba se pueden encontrar propiedades a la venta en euros y CUC (la moneda cubana equivalente al dólar), disponibles para cubanos y extranjeros.
"Es que el cubano que vive en el extranjero siempre añora volver a su tierra", concluye Aguiar.

De acuerdo a las cifras del ministerio de Trabajo y Seguridad Social, más de medio millón de cubanos optaron por convertirse en trabajadores independientes o cuentapropistas.

Sin embargo, las estimaciones recogidas por BBC Mundo por emprendedores en la isla son de hasta un millón de "autónomos".

Reacondicionar las casas
A pocas cuadras, en el céntrico barrio de Vedado, están los restaurantes Ópera y Vip Havana, cuyos dueños recibieron a BBC Mundo para contar de sus emprendimientos.

El Ópera es administrado por los esposos Yudith Almaguer y Claudio Taffarello, la primera cubana y el último italiano.
Ellos tardaron dos años en acondicionar la casa en la que instalaron el restaurante y antes pasaron meses buscando el inmueble.
El restaurante Ópera es otro ejemplo de lo que en Cuba se llama "cuentapropismo", tener un negocio de cuenta propia.
"Cuando se abrió la posibilidad de comprar casas decidimos emprender. Caminamos todo el Vedado buscando el lugar. Nosotros tenemos una casa en el Vedado y el local separado. Eso nos gusta", explica Taffarello a BBC Mundo.

Yudith Almaguer, por su parte, añadió que están "muy contentos" con los resultados porque con el Ópera lograron a crecer y el restaurante ya cuenta con seis empleados.

"Nuestro sueño era tener algo nuestro y lo hemos logrado", afirma la cubana.

En el Vip Havana, el lunes, la Cámara de Comercio de Estados Unidos comió el plato principal de la casa: arroz caldoso con langosta.

El chef y dueño, Jordi Escarra, que antes trabajaba con el Estado cubano, es uno de los primeros emprendedores desde las reformas económicas, con la peculiaridad que él es extranjero; es catalán.

"Cuando salió la oportunidad de hacer negocios por cuenta propia, con mi familia decidimos montar este restaurante. Buscamos un local y encontramos este inmueble que estaba en ruinas por completo. Es del año pasado, perteneció al conde de Santovenia, construida en 1863".

Para el la ola de negocios nuevos no es sinónimo de competencia, sino todo lo contrario.

"Es bueno para Cuba. Yo creo que es magnífico. Tú paseas por La Habana Vieja y ves todo lo que hay ahora. Es maravilloso", concluye.

No todo son restaurantes
Nueve años después de vivir en Roma, Luis Mario Gell, habanero, volvió a la isla.

Ahora tiene un estudio fotográfico con una oferta de servicios que van desde la producción audiovisual hasta un catálogo de lugares, transporte y actores para emprendimientos televisivos, documentales y cinematográficos.

La idea es abaratar los costos de la producción de audiovisuales en Cuba y así multiplicarlos.

"Desde que volví traté de impulsar mi trabajo fotográfico y la licencia para ser cuentapropista me ha ayudado mucho. Yo creo que estos

cambios van para bien, porque rompemos muros. Por ejemplo, el viernes voy a Turquía a una exposición", afirma Gell.

Él fue uno de los cientos de cuentapropistas que el lunes se reunió con Barack Obama.

Mercado y consumo
El mandatario estadounidense dedicó unas horas de su corta visita a conversar con los emprendedores cubanos y estuvo acompañado de asesores comerciales y financieros que dieron recomendaciones y escucharon las preguntas de los trabajadores independientes.

En esa cita se habló por primera vez de la posibilidad de implementar un servicio de transporte como Uber en Cuba o de una alianza de "paladares" para abrir la primera cadena privada de restaurantes de comida cubana.

Parece inminente que el mercado se asentará con mucha fuerza en la isla. Prueba de ello son la cantidad de empresas que ya anunciaron su intención de ingresar allí.

Hace años que en La Habana se percibe que la cultura del consumo gana adeptos pese a que el gobierno cubano "socialista y antiimperialista" siempre se declaró enemigo de los vicios del libre mercado.


El iPhone más reciente y la camiseta original del Barcelona con el número 10 de Messi actual son bienes codiciados, igual en La Habana que en Miami o Buenos Aires.(BBC-Mundo)

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NIURKA BAEZ,
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