El espejo del General Larguito

Mirense en ese espejo, caballeros…

Viendo las precariedades por las que atraviesa El General Larguito, nos remontamos 38 años atrás para recordar que en las mismas condiciones  vimos a Dionisio Mejía (Guandulito), internado en el hospital Salvador B. Gautier, en una sala donde habían múltiples camas, donde el extraordinario intérprete de música típica yacía víctima del olvido y el abandono.

Recuerdo sus ojos, cuando nos vio, y la exclamación, más que un lamento, ¡Ay Joseph Cáceres!.

Guandulito, creador de temas tan exitosos como “Jovinita”, “La Cariñosa”, “El Rebú”, “El Pájaro de Agua”, terminaba allí su vida, en una época de muchas vicisitudes, con diez hijos, y su esposa Jovinita, viviendo en un cuarto en la capital, y dependiendo de una pensión que recibía del gobierno.

 Muchos fueron los que se beneficiaron de las composiciones de Guandulito, sin pagarle un chele.

A un punto tal, que ya fallecido, otros están recibiendo los pagos por derecho de autor, debido a los malos contratos que firmó Guandulito  durante su carrera.

De hecho en el año 200 su viuda Jovinita y su hijo Marcos Yaroide, pastor y cantante cristiano, llevaron el caso a la Oficina de Derechos de Autor (Onda), sin lograr ningún resultado.

Viento la situación similar por la que atraviesa El General Larguito, no queda más que decirle a los demás músicos y cantantes típicos, que se miren en ese espejo.

¿Oiste Fefita, Bartolo Alvarado, José El Calvo, Jovanny Polanco, María Díaz, India Canela, Prodigio, Banda Real, y hasta el mismo Krispy?

¡Guarden pan para mayo!

Sobre todo algunos ostentosos que se quieren llevar el mundo, por delante viviendo su cuarto de hora de fama.