Morgan Freeman quiere ser un villano
El actor habla de su personaje “Iderim”, en la nueva versión de la película “Ben-Hur”
Los Ángeles, California- Luego de casi cuatro décadas de carrera, con un Oscar y un sin número de interpretaciones destacadas, el actor Morgan Freeman es indudablemente un icono de la pantalla grande.
Independientemente de que sea parte de un elenco sobrecargado de súper estrellas (“Now You See Me”, “The Dark Knight”, “Red”) o en un filme donde sea el único actor de renombre (“Lean On Me”, “The Magic of Belle Isle”), cuando Morgan Freeman está en pantalla, la combinación particular de su talento y su carisma exige que todos los ojos del público vayan a él.
Esto es exactamente lo que sucede en la nueva versión de “Ben-Hur”, producción de Paramount Pictures que estrenó esta semana, donde Freeman interpreta a “Iderim”, un aristócrata africano que ayuda al personaje titular a buscar justicia para su familia. A pesar de que su primera aparición en pantalla es durante la segunda mitad del filme, Freeman domina con facilidad cada una de sus escenas y justifica la fantasía de que debería existir una película donde su personaje fuera el protagonista.
Aun así, Freeman asegura que asumir el estatus de icono es “algo extremadamente peligroso para un actor. Para entregarte a ser otra persona, una de las cosas que tienes que evadir es tu propio ego. Caminar por ahí pensando que eres un icono, alimenta eso y, eventualmente, te resta como actor y también como ser humano”, afirmó el actor durante una rueda de prensa para promocionar su nuevo filme. El actor, que recibió su primera nominación al Oscar por interpretar a un criminal peligroso en “Street Smart” (1988) habló sobre los méritos de una nueva versión de “Ben-Hur ” y sobre su filosofía práctica para escoger los roles que sigan expandiendo su distinguida carrera.
Su filmografía se distingue por ser bien variada. Aun así, ¿tuvo alguna duda cuando le ofrecieron un rol en una versión de un filme que es considerado un clásico?
No evalúo los proyectos de esa forma. Ser actor es algo con lo que llevo soñando desde que tengo ocho años, así que ahora, que puedo decir que lo estoy haciendo como profesional, lo que busco y acepto, son proyectos donde pienso que puedo hacer un buen trabajo y donde estoy seguro que puedo trabajar con buenas personas. Y cuando digo eso, me refiero a todo el mundo (dice con énfasis) no solo a las personas que van a estar conmigo frente a las cámaras. Eso es algo bien importante para mí y algo que, puedo afirmar, se sucedió en este proyecto. Esta película se hizo con un buen grupo de personas talentosas.
¿Fue de alguna relevancia el hecho de que el mensaje de esta versión de “Ben-Hur” se aplica a las tensiones sociales que están acaparando el mundo actualmente?
Fue lo primero que me llamó la atención; e que sea una película de época, con una trama que sucede más de dos mil años atrás, pero tiene varios elementos que conectan con lo que estamos viviendo todos los días. Durante esta rueda de prensa lo más que he escuchado es que el país está destruido y dividido en dos bandos. Y lo que tengo que decir a eso es: ¿En qué momento de nuestra historia eso no ha sido cierto? (pausa y suspira) Vivimos en un país donde tú tienes el derecho de decirme que piensas que todo lo que yo estoy diciendo, es una bolsa de excremento. Y yo tengo el derecho de decirte a ti lo mismo, con la misma cantidad de pasión y quizás hostilidad. Puedo causar conflicto asegurando que yo tengo la razón y tratar de convencerte de que eso es así. De lo que no tenemos derecho es de tratar de resolver ese conflicto con una pistola y justificar el disparar esa pistola, como una forma de resolver nuestras diferencias. Pero ese es el mundo en el que estamos viviendo, donde se dispara la pistola. Y es una aberración y un horror constante. Así que sí, se siente muy bien ser parte de un proyecto que ilustra cómo esa sed de venganza y violencia, no es el camino equivocado. Que aprender a perdonar y convivir tiene un efecto positivo más duradero, que destruir al que yo pienso que me hizo o me va a hacer daño.
A diferencia de otras de sus películas, su rol en “Ben-Hur” va en servicio de la trama del protagonista. ¿Presenta eso otro tipo de reto actoral?
Sí, y es uno que me disfruto mucho. Me gusta tener un personaje que llega completamente formado. Donde en ningún momento tengo que estar aludiendo a su pasado. Eso es algo que el público asume y que uno construye con las decisiones de maquillaje y vestuario. Y esas decisiones se hacen con muchos colaboradores, lo cual me disfruto mucho. En el caso de este personaje, la primera vez que lo vi claramente, fue cuando me estaba probando las pelucas. Una vez me la puse, me miré en el espejo y dije “ahí está”. Ya sé quién es este tipo. Y así mismo es con el vestuario, maquillaje, el bastón que usa y todo lo demás. Así que no es muy difícil lograr esa parte del reto, el presentar a un personaje completamente formado, cuando tienes a tantas personas ayudándote.
¿Se siente cómodo con el estatus de icono del cine?
No creo que soy icono de nada (se ríe). Creo que hay gente que me percibe de esa forma. Lo cual es agradable, pero algo peligroso si me da por alimentarlo o creérmelo por un segundo. Si me lo creo, ¿qué va a pasar? ¿Voy a entrar a un cuarto y decepcionarme cuando la gente no se pare a rendirme pleitesía? Porque eso es lo que pasa. Y, eventualmente, resulta más divertido sentirse como icono que saber que puedes dar una buena interpretación. Yo prefiero tener esa satisfacción, a tener que estar cargando ese tipo de título.
Sé que tiene una filosofía bien práctica sobre su profesión, pero ¿le queda alguna otra ambición profesional como actor?
Llevo un rato buscando interpretar a un buen villano.
Pero su primera nominación al Oscar fue por el criminal en “Street Smart” y usted ha interpretado villanos en filmes como “Hard Rain” y “ Dreamcatcher”.
Sí, pero ha pasado mucho tiempo de eso. Quiero encontrar uno que sea la maldad personificada, el más grande de los villanos. (Se ríe) Creo que con eso me voy a divertir mucho.(FUE)
muy buen actor.
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