El Bueno, el Malo y el Feo: Malespín
La gente de la Constructora Malespín continúa su acoso contra el periodista Diomelo Martínez, pese a que la justicia desestimo en los tribunales la demanda por difamación e injuria que interpusieron en su contra.
Los de Malespín apelaron la sentencia para continuar el juicio contra Diuomelo.
Los de Malespín dan "mala espina" con Diomelo…
Martínez, quien es cronista de arte, denunció el pasado mes de febrero en el programa “El show del mediodía” de Color Visión donde labora, sobre la depredación que mantiene dicha constructora en detrimento del medio ambiente y dando al traste con la desaparición del Río Las Cuevas principal fuente acuífera de la zona.
El comunicador oriundo del municipio de Guayabal aseguró que dicha constructora está dejando sin agua el cauce del Río.
Las Cuevas debido a la extracción de materiales, según dijo de manera indiscriminada.
Eso bastó para que Malespín lo demandara, cogiendo piedra para los más chiquitos, porque no hizo lo mismo con los periódicos donde también se hizo la misma denuncia.
¡Son malos los de Malespín!
No duden de que de ahí venga el apellido.
La Asociación de Cronistas de Arte y el Colegio de Periodistas Dominicanos, entidades de las cuales Diomelo es miembro, deberían sacar la cara por él y no dejarlos solo enfrentándose
a Malespin, una especie de “El bueno, el Malo y el Feo”.
Tres personas distintas y un solo Malespin verdadero.
Bueno. Por lo menos Diomelo recibió una buena noticia para el esta semana que fue el cierre de la escuela de merengue tipico de santiago. Diomelo estaba que brincaba de alegria.
ResponderEliminarUna van de cal y otra de arena
ResponderEliminarAdelante Diomelo
ResponderEliminarAdelante Diomelo
ResponderEliminarAsí va este país, los grandes juegan con el ampolla a su favor, el cuento de nunca acabar con las injusticias.
ResponderEliminarGruas Malespin una salida Rapida para competir con gruas Modesto en aqueous cuatrenio.
ResponderEliminarDudo de que puedan prevalecer en apelación. Los Malespin estan enojados. Desafortunadamente para ellos, en los tribunales de la República no se litigan rencillas personales, por más que insistan.
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