Presagiando el futuro

En la era de las máquinas y los terminators

La tarde se había llenado de lamentos y  presagios, sin que ninguno de los dos hiciera nada para evitar lo inevitable.

Debiste por lo menos decir que no, para impedir la llegada de los androides de quinta generación que habían enviado en busca nuestra.

Sobre todo porque bien sabías que tenías un chic dañado sin esperanza  de que alguien se apiadara de ti y te llevara al taller de mantenimiento.

Te dejaron a merced de las máquinas…

Otro día no deberías confiar en clones, ni  llevarte de quienes sustentan teorías, no ciertas, sobre inteligencia artificial.

Desde hace una centuria vengo escuchando lo mismo…

Las mismas quejas tuyas sobre los depredadores y terminators, haciéndote la victima para evitar fornicar en una habitación cutre, sin terminales para recargar.

Quizás convenga una actualización en tu sistema, aunque sé que le temes a la necesidad de que luego de la descarga, para instalar el programa hay la obligación de reiniciarte.

Pero descuida, no temas a los virus, a los malwares, ni a los códigos maliciosos que buscan acabar con tu existencia.

Nadie te mandó a empeñar tu cerebro.

De todas maneras sabes que la profecía se cumplirá, y que cuando el sol de medianoche aparezca no habrá la mínima oportunidad de escapar, a menos que hagas como yo, que estoy blindado, y sin menoscabo.

Entonces tendrás que enfrentar la gravidez de un tiempo pretérito, que cuando de a luz nacerá la esperanza.

No más… es inevitable, darling.