EN LA DISCUSION SOBRE EL MERENGUE

Gabriel propone el merengue de este tiempo

El llevado y traído tema del merengue es motivo de discusión y análisis por parte de diletantes y entendidos sobre el tema, que no parecen ponerse de acuerdo sobre las causas que han llevado a la juventud a escindirse del género y a refugiarse en otras manifestaciones y expresiones musicales que hoy día predominan en el ambiente, por encima de las demás propuestas, como es el caso de la música urbana.

Añejos y experimentados merengueros han procurado dar respuesta al complejo asunto tratando de emular y clonar los códigos con los cuales los jóvenes de este tiempo se rigen, lo que ha resultado en intentos fallidos de acercamiento, como se ha podido comprobar en el hecho de que por más "featurings" que hacen los clásicos del merengue con los urbanos, los mismos no dejan de ser una moda pasajera que, si bien resulta simpática, no da pie con bola con la cuestión.

¿La razón?  Desde la óptica de generaciones que hicieron su época en los 80’s no es posible discernir con propiedad en este tiempo, donde las cosas han cambiado en grado extremo.

Los jóvenes ven a los viejos merengueros hasta haciendo mezclas con el dembow, como caricaturas, aunque resulte duro decir eso.

Y es que el abordaje hacia el merengue de este tiempo debe ser asumido por los mismos jóvenes de la época, así como los clásicos del merengue hicieron lo propio en su tiempo. Produjeron merengues para la generación que descodificó los códigos que tenían encriptados.

Corresponde ahora a los jóvenes merengueros replantear los esquemas para una juventud que guarda distancia del tufillo a viejo.

Lo demuestra el hecho de que Chino y Nacho, Rakin y KY, se descantaron por el merengue desde una vertiente, y lograron acaparar el interés del público joven  con un merengue diferente, fresco, sencillo, pero armonioso y cadencioso, alcanzando una fama y popularidad, que los ha llevado hasta a las grandes premiaciones internacionales a representar nuestra música, siendo venezolanos y puertorriqueños. ¡Vaya paradoja!

¿Curioso, verdad?, que lo que no han logrado los merengueros tradicionales dominicanos en los últimos tiempos, escindidos de los más importantes premiaciones internacionales de la música, lo han 

conseguido estos muchachos, cuya fórmula les ha permitido conectar con la gente joven de ahora.

Por ahí evidentemente es el camino, pero tal parece que esa realidad, que está a la vista de todos, no hace sonar la señal de alarma de quienes mantienen la discusión sobre el tema.

Dicho esto, veamos entonces una realidad concreta, pues la práctica precede en este caso a la teoría.

¿Saben quién ha logrado plantar bandera demostrando con hechos fehacientes la certeza de la teoría precedentemente plasmada?

Una joven propuesta nuestra en el merengue llamada Gabriel, que con su música replica los esquemas ya ponderados, demostrable en el hecho de que su tema “Pa’ nosotros dos” ha sido el fenómeno de popularidad del merengue en los últimos tiempos.

No es casual que se encuentre nominado como Merengue del Año en Premio Soberano, compitiendo con los trabajos de merengueros tradicionales, que si bien mantienen niveles de popularidad y aceptación, no menos cierto es el hecho de que pertenecen al grupo con serias dificultades para llegarle al público joven.

Gabriel es una propuesta de este tiempo, con una eficacia comprobada en cuanto a pegada y aceptación en todos los públicos, sobre todo en el joven.

Hay que ver la aceptación que ha logrado en el público joven, de alta y media clase, comparable a la euforia que alcanzó en ese sector Juan Luis guerra en otros tiempos.

La manera en que se difunde su merengue en todos los lugares de baile, y la respuesta que le da la juventud en las presentaciones que personales que Gabriel realiza, constituyen una muestra inequívoca de su fundamento.

Es a nuestro modo de ver la más sólida propuesta de los últimos tiempos, demostrable en el hecho de que en apenas un año ha

sido  contraparte Justin Bieber, Marc Anthony, Prince Royce y Elton John. Se ha mezclado con los grandes.

Ha hecho featuring con Los Ilegales, sobrepasando un millón de visitas en Youtube; con Mozart La Para, logrando que “Ta’Pacheco” se convierta en número uno de la radio nacional durante 19 semanas consecutivas, con un videoclip que también recibió un millón de visitas.

¿Quién otro ha logrado algo igual?

Pero las cosas no terminan ahí, si repasamos el hecho de que fue invitado especial  en la primera entrega de los Latin American Music Awards y se presentó en vivo ante cientos de personas en el Latin Grammy Street Party de los Angeles, Estados Unidos.

Y claro está, no se trata de un improvisado ya que es un egresado del Berkle College of Music en Boston, donde cursó la carrera  de producción y composición musical  contemporánea.

Su propuesta se enmarca en un proyecto que denomina   Tropi-pop, sobre la cual tiene definiciones muy claras. En en una entrevista en el periódico el Caribe refirió sobre la discusión en torno al merengue que: “El tema del merengue ha sido descuidado por mi generación. Las leyendas que trabajaron en su momento, “hicieron su tarea y ya tienen su público”.

Para indicar a seguidas que “Es lo que estoy haciendo actualmente, basando mi música en una plataforma de merengue y simplemente actualizando con matices nuevos para que atraiga al público joven”, señaló el artista.

“Busco con mi música influenciar a mi generación, para que le dediquen tiempo a los ritmos que nos identifican como país, para volver a poner el merengue dentro del mapa”.

Más claro, ni el agua, y  los resultados de su iniciativa e impronta están ya expuestos a la vista de todos.

Con propuestas concretas, delineadas y expuestas de manera contundente en medio del fragor de la discusión en torno al merengue.

Justo es, pues, que a Gabriel se le de la oportunidad de seguir demostrando, por donde es que debe ser encaminado el merengue de este tiempo. 

Es un esfuerzo que vale la pena apoyar, pues de eso podemos contribuir a reforzar nuestra música insignia, pasando de la teoría a la práctica, sin quedarnos solo en el "bla, bla, bla".