A la alfombra roja del premio Soberano le hicieron falta esta vez los artistas y personajes que le ponen sazón a la misma ya sea con sus excentricidades, su comportamiento estrambótico y hasta con sus locuras.
La gente que le pone “sopita” al guiso, de las que hay que hablar por obligación, aunque se roben el show.
Por ejemplo, hace falta una Georgina Duluc desfilando con sus vestidos de Jorge Diep con lo que se ganó el título de La Reina de la Alfombra Roja, y a la que todo el mundo esperaba, porque sin ninguna duda con sus atuendos, su personalidad y glamour de diva, se ganaba la atención y generaba esos comentarios que le ponen sazón al menú de la farándula.
El cantante Diego Torres con las axilas sudadas en extremo después de un paseo por la zona colonial.
Ha hecho falta La Materialista con sus réplicas de la muñeca de la Barbie, sus carromatos de la Cenicienta y sus alfombras de Las Mil y Una Noche.
Fefita la Grande con sus vestidos transparentes enseñando los panties.
Yanira La Exclusiva de la Bachata con su traje de novia que la gente interpretaba como un metamensaje para poner de manifiesto su falta de marido.
El Pacha mostrando sus pantaloncillos de viejo, de esos a los que les dicen bataclanes.
Vakeró sentado en un contén con una mugrienta vestimenta en señal de protesta.
Hasta Omega dando fundazos y maltratando a los periodistas que querían entrevistando, pues todo eso, aunque se critique forma parte del circo.
Tita Hasbun, cubriendo una de las primeras alfombras rojas en el entonces premio Casandra, doblando el cuello al vestido de una primera dama, para ver si era verdad que el atuendo que llevaba era de la marca y el diseñador que ella había dicho.¡Se pasó! Pero eso es parte del show.
La ridiculez de colocar cronistas y personal de seguridad a la entrada de la alfombra para dizque impedir la entrada de Los Dueños del Circo.
Las megadivas desfilando por la alfombra con trajes costosos patrocinados por Ramoncito Díaz y Baninter, para beneplácito de un grupo de diseñadores que hacían su “agosto” cada vez que llegaba el premio.
Domingo Bautista desfilando con un traje viejo y los boquillosos deslumbrados con su atuendo.
Y a propósito de agosto, una novia farandulera de Figueroa Agosto desfilando con un vestido que previamente se había anunciado como el más costoso.
Fresita con su vestido de moneda regalando al público papeletas falsas para que le hicieran bulla y la aplaudieran.
Los “templos” terminando con sus novias, antes del Soberano, así como algunos rastreros hacen cuando se acerca San Valentín.
Los que llegan en carros de lujo alquilados para que crean que son de ellos, y los que se aparecían en patines y en bicicletas.
Las mujeres que se gastaban un dineral solo para desfilar por la alfombra, y cuando terminaban se cogían para su casa a ver el premio por televisión.
El diseñador Matín Polanco, que vestía a mucha gente para la alfombra, y sin embargo cuando él desfilaba era ¡uno de los peores vestidos!.
Jorge Diep controlando la alfombra para poner a brillar a sus clientas, mientras boicoteaba a control remoto a otros diseñadores.
El artista que llegó borracho con tres cueros de "la Bolita del Mundo" y se quería matar con un seguridad porque lo devolvieron y no lo dejaron entrar. Dicen que lo hizo de maldad…¡Vaya protesta!
¡Qué escandalo! ¡Es un escándalo!, como dice en una canción Rafael.
¡Qué locura en otros tiempos!
Todas esas locuras ya no están para ponerle sazón a la alfombra roja, pues cada año pierde parte del “show” con la pretensión de imprimirle un concepto más estricto y formal.
Ya no están los locos que tanta falta hacen en el circo…
Pero ahora se sufre el inconveniente de que la pasarela ha sido tomada por gente que a fuerza de pasar y devolverse quieren llamar la atención, buscando una fama que no tienen.
Por eso es que dicen que tanto arregló el diablo al hijo hasta que le sacó un ojo.
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NIURKA BAEZ,
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