Una necesaria aclaración

El arte de escupir para arriba y quitarse de abajo… 

La imagen de las nuevas comunicadoras en la televisión ha sido estigmatizada a partir del surgimiento del fenómeno de las denominadas "megadivas", a las cuales se les atribuye el usar la pantalla como medio de exposición y venta de otros servicios "non sanctus".

Para muchos, las mujeres conductoras y animadoras de la televisión la utilizan para venderse al mejor postor.

Si bien es cierto que de todo hay en la "viña del Señor", no menos es que muchas mujeres asumen un desempeño serio, honorable, dentro de cánones morales intachables.

Pero, en un medio tan voraz, que se nutre del chisme y donde se le rinde culto a la mendacidad y sa la maledicencia, no se establecen las necesarias distinciones, y se quiere meter a todas en el mismo saco.

Y no es cierto que así sea…

Hay muchas mujeres jóvenes, talentosas, que procuran proyectarse de manera honesta, sin necesidad de prostituirse como hacen algunas.

Es la razón por la cual con frecuencia destacamos a jóvenes comunicadoras que hacen su trabajo con mucha dignidad.

Como nadie habla de ellas ni resalta su labor, en nuestras páginas tienen un sitial preferencial.

Pero hasta eso molesta…

No sabíamos que el escrito que hicimos de Shanty Rosa iba a provocar escozor en uno de sus colegas.

Una molestia que nos resulta injustificada, y a la vez errada, pues al momento de emitir un criterio no tenemos obligación de hacerlo de manera  colectiva.

Por lo demás, nunca le reclamaríamos a nadie que destaque el trabajo de otro colega.

Y que conste en acta, somos quienes más hablamos y exaltamos a los demás cronistas de arte.