Elecciones en Acroarte

Sí, Feliz Vinicio. La verdad sea dicha

Debido a la gran amistad que nos une, y a que el actual debate en Acroarte es institucional, no personal,  he evitado en lo posible referirme a Feliz Vinicio Lora en las reacciones que ha generado mi decisión de salir del MNG para auspiciar la candidatura de  Emelyn Baldera a la presidencia de la institución.

Pero ante la andanada de inexactitudes publicadas en estos días por el “líder”, donde alude a mi persona citándome por mi nombre, me veo en la obligación de aclarar ciertas cosas.

En 1997 presenté mi candidatura a la Presidencia de Acroarte, con fines de conformar una alternativa democrática frente al colega Napoleón Beras, pese a que estaba consciente de que no podía ganarle al amigo Napoleón. Solo quería demostrar, ante la desgarradora campaña anterior, que era posible en Acroarte desarrollar una campaña democrática y pacífica.

En el brochure publicado en ese entonces presenté nuestro Plan Mínimo de Trabajo (ver fotocopia adjunta). Años después, la mayor parte de ese  programa (ver puntos 5, 6, 7 y 10) fue reivindicada por otras directivas, lo cual me satisfizo, pues significó que nuestra propuesta era buena.

Para las elecciones del 2001 surgió, tras varias reuniones en casa de algunos colegas y en la mía propia, un proyecto electoral que fue bautizado por Feliz Vinicio Lora y por mí como Movimiento Nueva Generación (MNG).

Me involucré en este movimiento, haciendo una pausa en mi propio proyecto, porque entendí que las circunstancias exigían la unión de fuerzas para enfrentar al equipo que venía dirigiendo la asociación desde el 1999. En el 2001, reunidos en la residencia de Feliz Vinicio, escogimos a unanimidad al cronista Miguel A. Rivera como candidato del Movimiento, quien realizó una loable gestión que elevó la confianza en la asociación y el prestigio del MNG.

Para las elecciones del 2003, aunque no había abandonado mis aspiraciones, entendí que era el tiempo de Feliz Vinicio, a quien los fundadores del MNG escogimos a unanimidad como candidato en un encuentro celebrado en su casa. Con mi apoyo le reciproqué el respaldo militante que me había dado junto a un grupo de cronistas cuando presenté en Casa de Teatro mi candidatura en 1997, creando la plancha “Todo por Acroarte”.

A partir del 2005 abandoné mis aspiraciones, debido a que comencé a notar el surgimiento del grupismo dentro del MNG. Se decía por lo bajo que ya estaban señalados los candidatos para el 2007 y el 2009. No obstante, seguí fiel al Movimiento.

Feliz Vinicio Lora  repitió como presidente en el 2009. En ambas gestiones del “líder” ocupé un cargo directivo, así como en la de Marivell Contreras, primera mujer que presidió la institución, del 2007 al 2009. Lo de Marivell fue un fenómeno de liderazgo histórico extra movimiento que explicaremos en otra oportunidad.

De modo que no entiendo el por qué de la actitud de Feliz Vinicio, cuando expresa en su publicación lo siguiente:

“Los que me conocen saben muy bien que no me presto a discutir temas de farandulearías, bizantina y  de intrascendencias, pera ya esta bueno que dos compañeros de Acroarte se estén atribuyéndo merito impropio, tal vez obnubilado por la avaricia de reconocimiento, motivado a una insuficiencia de su niñez.

“No me gusta presumir ni de mis propios meritos,  mas cuando son de otro.” 

“Los compañeros  Máximo Jiménez y Arismendi Vázquez Guareño, miente al pueblo de Acroarte.” (sic)

Como respuesta a esta falacia, le recuerdo al “líder” que en fecha 4 de marzo de 2010 me fue entregada, junto a un grupo de fundadores de Acroarte, una Placa de Reconocimiento firmada por el propio Feliz  Vinicio y por su secretario general, Máximo Jiménez, cuyo dispositivo dice: 

“Al conmemorarse el XXVI aniversario, Reconocemos a Arismendi Vásquez, miembro fundador de nuestra entidad y de los Premios Casandra, en una labor loable que trazó las pautas a seguir para llegar hasta donde hoy estamos”.

Aunque agradezco profunda y eternamente esta prestigiosa distinción, debo aclarar que NUNCA SOLICITÉ ESTE RECONOCIMIENTO. Me basta con haber participado en la Asamblea Constitutiva de Acroarte, y con haber defendido su institucionalidad durante los 33 años que llevo  de militancia ininterrumpida.

En otro párrafo, el “líder” expresa: “En el 1999, cuando me candidateé por vez primera a la presidencia de Acroarte, en el brochore (folleto) que hice plasmando el plan de trabajo escribí: “En el entendido que Acoarte debe valorar a sus miembros, hemos creado el premio: “El Cronista de Arte del Año”, con el cual reconoceremos a tres cronistas en las aéreas radio, televisión y prensa escrita”. (ver foto de brochore).

En la fotocopia adjunta sobre la Plancha  Todo por Acroarte,  está claro que esta iniciativa fue recogida en mi Programa de Trabajo publicado en 1997, y asumida dos años más tarde por Feliz Vinicio en su propuesta electoral, lo cual me honra y me satisface, pues lo importante no es de quién fuera la iniciativa, sino el hecho de que se instituyera este justo reconocimiento.

Desmontadas todas estas mentiras, debo agregar que no entiendo de dónde surge la campaña denostadora que ha emprendido contra Máximo  Jiménez y contra mí, el grupo que controla el proyecto de la candidata de ébano, campaña a la que se ha sumado, inexplicablemente, Feliz Vinicio con esta sarta de mentiras en nuestra contra.

Es oportuno recordar que Máximo Jiménez hubo de tomar el control del barco acroartista, ante la súbita y lamentable enfermedad del líder  y la imposibilidad de que el entonces vicepresidente Darío Fernández, por residir en Santiago, pudiera estar presente a tiempo completo en el local de la institución. 

El formidable trabajo realizado por Máximo con el efectivo concurso de los demás directivos de entonces, le sirvió de plataforma para alcanzar la presidencia de  Acrotarte en el período 2011-2013, siendo una de las mejores gestiones que ha tenido la institución, por cuanto su sede principal fue remodelada totalmente, para ponerla acorde con la imagen y el prestigio alcanzado por Acroarte. 

En otro orden, bajo su mandato fue resuelta la más peligrosa de las crisis que han afectado a la institución cuando, por problemas de todos conocidos, los familiares de Casandra Damirón prohibieron  a Acroarte el uso de su nombre para la premiación que desde sus inicios venía entregando la asociación. La crisis fue enfrentada con responsabilidad y decisión por el entonces presidente Máximo Jiménez  y su directiva, dando como resultado la escogencia, en una asamblea general extraordinaria,  del nombre Premios  Soberano, el cual ha proyectado el galardón  a niveles de excelencia jamás sospechados.

Es muy lamentable tener que enfrentar a un entrañable amigo como lo ha sido para mí durante más de dos décadas el meritorio ser humano que es Feliz Vinicio Lora, pero la verdad sea dicha.

Y como al amigo FVL le fascinan las citas famosas, me despido con esta joya del gran pacifista Mahatma  Gandhi:

“Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad”.

Aismendi Vásquez  Guareño

5 de mayo de 2017