MARCHA TRISTE
El cielo se esfumó con un lamento y las campanas del pueblo anunciaron tu partida.
Tu ibas vestida de blanco, con tu sonrisa eterna y tu mirada de cera derretida, hacia donde la existencia se reduce a nada.
Ibas ahí, en tu tránsito fugaz hacia lo eterno, dejando atrás un mundo de cosas que escogiste ser, entre lo que pudo ser y lo que fuiste.
Y así te fuiste entre las sombras, cuando ya no había más dedos para desatar el nudo en mi garganta.
Y yo impotente, mirando aquel cortejo silente y triste, marchando tras de ti, mordido por la rabia porque ya no tenía más lágrimas para llorar tu muerte.
Ese poema es de la Ex de Pita, esa cuernera.
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