Sospecho que lo haces para que yo pueda ver tu infinito.
Esa postura, al socaire, es la manera que tienes de provocarme con tu maquillada belleza compartida, mientras bebo un whisky con fragmentos congelados de vida.
Leyendo un libro que no dice nada, encerrado en los barrotes de la rutina en una especie de amor amargo que nos bebemos a sorbos, sin pensar en el mañana ni el que dirán.
Y me conformo, a veces, aparcando el sentimiento en la marquesina de tus sueños, sabiendo que cada día será el primero y el último en tu vida.
Sin poder evitar sueños pornomentales de amanecer entre tus piernas, embriagado por una nube de polvo cosmico, para después sufrir una descarga de soledad, como un capitán Nemo, sin Nautilus, entre canciones de Sabina y poemas de Arthur Rimbaud.
Te confieso que estoy harto de vivir a tirones…
Si fuera por mi, me quedaría durmiendo entre tus piernas para siempre.
Pero tu marido no me lo perdonaría…
Mi madre, guaoooooo!!!!!!! salio el poeta josep caceres
ResponderEliminarPeeo animal y como tu cre que el zorro se consigue eso file de mujeres tu cre que es por su belleza.
EliminarEs con esa muela poética que manguear filetico y el juidero pa punta Cana.
Lambona!!
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