Joseph Cáceres

El negocio de la prostitución en Venezuela también está en crisis

Mujeres que incursionaron en el mundo de la prostitución, para tener lujos, comodidad y una vida sin tanto estrés y atropellos, también han visto caer sus anhelos por la crisis que vive Venezuela.

“Me estoy poniendo vieja y no le veo el queso a la tostada. Estoy trabajando cuatro días por semana y lo que hago se me va en comida y mi mantenimiento”, así describe Karla Araque su situación ante la crisis económica. La mujer de 27 años de edad se dedica desde hace seis años a la prostitución, oficio al que prefiere llamar “servicio para adultos”.

La joven que es oriunda de un pueblo del estado Trujillo, iba a dedicarse a trabajar como servicio en una casa de familia, pero ‘por cosas del destino’, atendió sexualmente a un hombre de la tercera edad que le pagó 15 mil bolívares por 45 minutos.

Lo que Karla esperaba que fuese un negocio rentable para llevar una vida cómoda y de lejos, hoy en día sólo es un sustento. “Este año he tenido que trabajar los jueves, viernes, sábados y domingos. Esos días puedo atender a nueve hombres. Ahora tengo que cobrar barato para tener clientela. Ya los hombres no están para pagar mucho por una”, dice por vía telefónica.

Por otra parte, reveló que gana hasta 120 mil bolívares semanales. ‘¿Te parece mucho?‘, preguntó irónicamente. ‘Esa millonada la gasto en el alquiler de la casa, mi comida, el gimnasio, los tintes y la bendita depilación‘.

Otro caso es el de ‘Bella’, una transexual que cobra 20 mil bolívares por ofrecer sus servicios por 90 minutos y dos horas por 30 mil bolívares. A sus 20 años de edad, indica que tiene una promoción: “Baile erótico al comenzar y masaje luego de cada eyaculación”.

Al mismo tiempo, expresó que ‘no hay nada gratis’, ya que también cobra por enviar vídeos sexuales por whatsapp o correo electrónico. Mientas aclaró que “tiene pasaporte y visa” para atender “alguna emergencia”, Por seguridad también manifiesta en Twitter que atiende en hoteles de El Rosal, Chacaíto y El Paraíso.

Aunque el oficio es su forma de ganarse la vida, en el país no hay instrumentos legales que lo prohíban o lo autoricen de forma expresa. Solo la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida sin Violencia, establece que serán castigadas con 20 años de prisión las personas que incurran en el delito de trata de personas.

Mujeres venezolanas se prostituyen en Colombia por la crisis de su país

Mujeres venezolanas, agobiadas por la crisis y la pérdida del valor adquisitivo del dinero en su país, cruzan la frontera para prostituirse en Colombia, donde en una sola noche pueden llegar  a ganar cinco salarios mínimos de Venezuela, revela un reportaje 

Solo en la zona de tolerancia de Saravena, en el departamento colombiano de la Arauca, en pocas cuadras se pueden advertir ocho bares, donde trabajaban unas 200 mujeres venezolanas.

“Hasta hace algo menos de un año la mayoría de las trabajadoras sexuales de este lugar eran colombianas (la prostitución no es ilegal en este país), pero desde entonces en los ocho bares de la zona apenas quedan tres o cuatro mujeres locales (…) La enorme mayoría, unas 200 son venezolanas que cruzaron a Colombia con el objetivo de mejorar sus ingresos y compensar la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron en su país”, relata la nota. 

El lugar es un pequeño municipio donde viven apenas 50 mil personas y está muy cerca de la frontera. Sólo hay que cruzar un río y viajar media en carro para ir de país en país.

"Si a uno le sale una amanecida -que es irse con un cliente en la noche y llegar al día siguiente- lo más que le pueden dar a uno es 200.000 pesos colombianos (US$66). Y ya, ya me hice el sueldo mínimo de Venezuela", explica una meretriz a la que el reportaje llama Paola.

En realidad esa suma equivale a algo más de cinco salarios mínimos venezolanos, al cambio no oficial explica el reportaje.

A toda Colombia, en el último año llegaron aproximadamente unas 6.500 mujeres venezolanas para dedicarse a la prostitución, según dice Fidelia Suárez, coordinadora nacional de la Asociación de Mujeres Buscando Libertad (ASMUBULI), una organización dedicada a la defensa de los derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales./ANF