¡Qué tiempos!

Flash Cordon

Una cartelera de cine en los 50's. Como pueden ver, habían salas con precios muy caros, para la época, como el Olimpia, donde  en la tarde cobraban 75 centavos, y en la noche un peso por persona en la exhibición de "Besame Catalina". En el Rialto, Elite,  Indepedencia y  Santomé, que eran también salas de primera, los precios iban desde 45 a 60 centavos, de tarde y de noche. Pero también estaban las salas populares que cobraban desde 10 centavos, 15, 20, y 25. El Apolo tenía un doblete, y como ven, también se anunciaba la sala de cine de La Voz Dominicana, del canal 4.  En las provincias habían salas, que han desaparecido, como las que pueden ver en Azua, Bonao, La Vega, El el Seibo, Santiago, San Pedro de Macoris, Baní. No aparecen en la fotocopia, porque está cortada, pero también estaban los autocinemas, como el Iris y el Naco, donde uno entraba con todo y carro, a ver películas, con servicio de mozos  en la puerta, y donde muchas parejas aprovechaban para hacer de las suyas. Convertían los carros en una habitación de motel. Sólo veían el inicio y el final de la proyección. En esa época, antes de las películas, daban trailers, ponían comedias, caricaturas, y hasta un noticiario. Duro era cuando se rompía el rollo y encendían las luces, hasta que el operario lo empatara. Los "tigueres" hacían desórdenes, porque cuando se reiniciaba la proyección habían volado un pedazo y  las escenas estaban ya avanzadas. ¡Mis cuartos!, ¡ladronazos! ¡hijo de puta!¡tu maldita madre!, le voceaban al encargado de la proyección. En los cines al aire libre, o sea sin techo, con butacas de bancos de parque, en medio de las proyecciones pasaban vendedores de moroquito, pastelitos, frikitakis, mani, con cubos y bandejas como si estuvieran en un mercado. Se proyectaban series, durante varias semanas, que tu tenías que volver para ver en qué paraba el asunto, como las de ciencia ficción de Flash Gordon, donde se presentaban aparatos fantásticos y muy futuristas, como los  relojes para comunicarse que hoy día cualquiera tiene, como son los smartwatch. Una epoca artesanal,  de películas a blanco y negro, aunque ya exitían las que anunciaban que eran en "cinemascope y colores". Recordar es vivir…