sábado, 25 de noviembre de 2017

El café de mis amores…

Moliendo café
El café comercial que domina el mercado dominicano es un producto insufrible, despreciable, de una calidad cuestionable y vergonzosa.

De verdad que no vale la pena autoinfligirse el castigo de probar una taza, sin sabor ni aroma, hecho a partir de materia prima importada de Vietnam, igual a como denunciamos también sucede con el denominado mero basa, del cual hablamos hace algunos días.

Resulta que los principales procesadores de café prefieren exportar las cosechas del grano dominicano, de muy buena calidad, y envasar para el consumo criollo uno que traen de Vietnam, que es el responsable del desastre que la gente aquí está consumiendo.
El café de cosecha criolla, sembrado en las montañas del país es de tan buena calidad, que a los cafeteros les resulta mejor exportarlo, o venderlo en sus marcas premiun, y le dan a la gente del consumo masivo el que traen de Vietnam.

En otros tiempos, cuando se colaba café  en la casa, el aroma se expandía por todas partes. Y el vecino sabía que se estaba colando café y pedía su taza.

Hoy día eso no ocurre con el fatídico café de Vietnam que venden en fundas y sobresitos para el consumo popular.

El café bueno de aquí lo dejan para el disfrute  en el extranjero.

Se podrá decir que lo mismo ocurre con el cacao que se exporta, y luego viene convertido en la más exquisita confitería Suiza, pero la materia prima que se exporta y la que se consume aquí  es la misma, no la traen sintética de Vietnam.

Y así no fue que hablamos, profesor…

Y estamos hablando de la marca que produce el café de consumo masivo, porque hay otras, pequeñas, que si mantienen la calidad del café criollo, y que poseen sus propios sembradíos y cosechas.

La del café es una cultura que hay que aprender, pues no solo es importante la siembra, el tiempo de cosecha, el clima, terreno, sino también  las mezclas y el delicado proceso de tostado.

En mi caso, por zorradas razones, he optado por descartar en casa las cafeteras, las grecas, las máquinas de café expreso y  como amante del buen café decidí refugiarme en la tecnología y en las cápsulas del  Café Nespresso, con preferencia en el Ristretto, que aún cuando es fabricado  con una mezcla  de Arábicas de América del Sur y Africa oriental, nada que ver con el de Vietnam sintético.

El único inconveniente es que no se vende en tiendas ni supermercados, pues son los mismos proveedores, con su tienda en Blue Mall, y un club que lleva las cápsulas a domicilio, pues se mercadean con un grado alto de exclusividad, lo cual supone el tener que pagar un precio más alto.

Pero por una buena taza de café (no vietnamita) bien vale la pena.

Cuando usted procura una cultura gastronómica aprende a diferenciar el buen café del “agua de tindanga” que sirven las cafeterías. Sobre todo las de aquí.

Y fuera de aquí por igual, pues para nada acepto el denominado café americano, tan laxo y poco serio.

Por suerte hay la posibilidad de encontrar diferentes marcas, sobre todo de café colombiano.

El café es la cara de Colombia en el mundo, resaltable por la excelente calidad de su producto, como la excljusiva marca Devotion, el cual brinda una experiencia gastronómica de calidad insuperable.

Marcas comerciales  como Starbucks, Nescafé, Juan Valdez, Folgers, Maxwell House, mantienen niveles de calidad y consistencia apreciable, pues se rigen por criterios establecidos para preservarse y mantener su fama.

Si así ocurriera aquí, otro gallo cantaría…


3 comentarios:

  1. Mierda.... pero hay que comentar en toda, maldito viejo pedogilo ?

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  2. Que bueno que te guste el Nespresso, y ahora con más razón con esos honorarios que te pagaran por promoción.

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  3. ese cafe. santo domingo.de industrias banilejas.es mas malo que el capo.es agrio y malo,muy malo.

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NIURKA BAEZ,
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