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Las volteretas que da la vida

Cuando el actor y comediante Felipez Guzmán irrumpió con el personaje de Avelino Plumón en El Show del Mediodía, en los años 70, en Radiotelevisión Dominicana, donde nació ese programa, propiedad de Mac Cordero, se produjo una avalancha de críticas en contra del mismo.

Se consideraba inconcebible que en la televisión apareciera un personaje de afeminado, porque se creía un mal ejemplo para los niños y los jóvenes.

Mundito Espinal en el programa “De Todo un Poco”, por Radio Universal, montó una campaña en su contra, pidiendo que lo sacaran del aire, y lo mismo hicieron en otros programas.

En esa época, aparte de nuestra columna y nuestro trabajo de redacción en El Nacional, fungíamos como editor de espectáculos de la famosa Revista Ahora, dirigida por Orlando Martínez.

Hicimos un trabajo ilustrado, de dos páginas, en la Revista Ahora, donde Felipe hablaba de su personaje y caracterización de Avelino Plumón.

Aunque la sociedad de ese tiempo se maneja por criterios arraigados en costumbres muy ortodoxas, no teníamos adversión alguna hacia ese personaje, pues lo veíamos como parte del show, pues la gente se lo gozaba, cuando aparecía con una flor.

La televisión entonces era en blanco y negro.

Lo paradójico fue, que los homosexuales también criticaban el personaje, pues consideraban que el mismo era una burla hacia su condición. ¡Vaya usted a ver!.

¡Hasta Cambumbo y Julio Aníbal Sánchez estaban en su contra!. Menos Tirso Guerrero, "El Negro Plebe".

Felipe Guzmán era atacado por los sectores más conservadores de la sociedad, y por la misma gente a la que representaba con el personaje.

¡Y lo sacaron del aire!.

Las cosas de la vida, hoy día la moda es llevar no personajes de homosexuales a la televisión, sino a gente con esas preferencias sexuales, y hasta travestidos tienen su propio programa en la tele.

Son las vueltas que da la vida…

La sociedad que aquel entonces rechazaba un simple personaje de humor, hoy día tiene que convivir con los de verdad.

Así es la vida, jacarandosa y gozosa. Lo que antes era una ofensa y un estigma, hoy día es algo normal y forma parte de la oferta hacia la teleaudiencia de este tiempo.