Teatro del bueno…

Con frecuencia no vale la pena ir al teatro a presenciar ciertas comedias de realización criolla, que no pasan de ser “skeths” alargados de los segmentos de humor de ciertos programas de televisión.

Igual situación se está dando en el cine con algunas películas, que en esencia no son más que comedias de la televisión que uno ya ha “requetevisto”.

Fui este sábado a ver el montaje del musical “La Familia Addams” en el nuevo teatro Studio Theater de Acrópolis Center, una sala muy coqueta, pero con todas las condiciones para hacer teatro de verdad.

(Ultimamente las principales plazas comerciales están  abriendo  sus salas independientes para presentaciones teatrales, como es el caso de Downtown Center, Blue Mall, y Acrópolis. ¡Qué bueno que la competencia se expresa también en el plano del arte y la cultura!).

Tremenda agradable sorpresa el ver este fenomenal montaje de Broadway hecho por dominicanos, con una excelente puesta en escena, y unas actuaciones realmente fuera de serie.

Musicalizada por una orquesta en vivo oculta en el fondo, una ambientación escenográfica  de estilo gótico, recreando un cementerio, una atmósfera espeluznante, en un ambiente macabro, la Familia Addams nos brinda un entretenimiento auténtico, a través de una historia que si bien muchos conocen, pues el musical se deriva de la película de Los Locos Addams, del 1991, a su vez basada en la historia original de Charles Addams.

Se podrá decir que criticamos ciertas comedias en teatro que son  skets de televisión, pero que esta se basa en en una película, con una trama  que estuvo primero en televisión con la The Addams Family (1964)

Pero no es lo mismo ni es igual. Aquí estamos hablando de un montaje bien hecho, dirigido con mucho criterio por Joyce Roy, quien tiene ya vasta experiencia en el teatro musical. en 

En la parte musical la dirección  es de Hari Solano. 

Un musical completo que conjuga  la danza, la música, la pantomima, el canto, sorprendentemente bien logrado merced a la dirección vocal de Claudia González, quien también participa en el montaje.

Benny Pérez se luce en la dirección de la trepidante coreografía de los personajes ancestros y de todos  los componentes del  árbol familiar.

La calidad del elenco quedó más que comprobada, pues son actores que tienen que actuar, cantar y bailar al mismo tiempo, elementos que no cualquiera puede dominar, manteniendo una consistencia  armónica y artista en sus desdoblamientos.

Se cumple en ellos aquello de que “cantan, bailan y se despatillan”.

Actuaciones primarias memorables, para recordar y no olvidar,  la de Vladimir Rodríguez en el rol de Homero, el padre de la familila, enamorado hasta la sin razón de su esposa Morticia, afable, pero desde el mundo de la Familia Addams, donde  estar triste es ser feliz, lo insensato es lo sensato, sentir dolor es sentir alegría, lo imprudente es lo prudente y la muerte y el sufrimiento son la materia de la que están hechos sus sueños.

Una visión caricaturesca desde el más allá hacia la sociedad de nuestro tiempo sobre la base de personajes estrambóticos de una familia “normal”.

Se  describe una nefasta, fatídica e hilarante noche, en casa de los Addams, donde se revelan los más ocultos secretos. Los amoríos, amistades, relaciones que salen a flote,  y la Familia Addams completa y sus ancestros, deberá hacer frente a la única y terrible cosa que han logrado evitar durante generaciones: el cambio.

El Homero de Vladimir Rodríguez pendula todo el tiempo en una especie de “leit motiv” que subyace bajo las apariencias, procurando ante todo preservar los auténticos valores Addams, una familia con intereses macabros y habilidades sobrenaturales.

Sin lugar a dudas  Rodríguez pone en claro  con su personaje de Homero, que es un actor hecho y preparado con buena sustancia para el quehacer escénico.

Lumy Lizardo  ofrece una caracterización genial de la madre de la familia, muy femenina y refinada, que siempre viste de negro, empeñada en mantener los valores familiares.

Morticia Addams Tiene la manía de cortar la rosa de las macetas y dejar solo el tallo de la flor, y sueña con viajar a Paris. En su personaje se articula una especie de hilo conductor de la trama, que se enriquece  con el carácter que le imprime Lumy, demostrando  que no es sólo comediante de la televisión, sino que posee indudables atributos y actitudes para la puesta en escena humorística o dramática.

Cuánto nos satisfizo ver a Lumy en esta dimensión tan notable y potable.

No sabíamos que la joven que Carolina Jiménez, quien se inició en las tablas en los musicales  de la recordada Nuryn Sanlley, era tan buena.

Y no es para menos, pues resume la experiencia de actuación en más de 15 musicales.

En su rol de Merlina, la benjamina de la familia Addams, nos dejó convencidos de que  definitivamente en materia artística el país se sustenta sobre una plataforma de talento joven admirable.

Y por igual hay que destacar los diferentes roles que forman parte del indispensable conjunto, como el del niño Renato Conzález, como Peribles, Laura Leclerc como la abuela, Alejandro Espino como el Tio Lucas, Jorge Rodríguez como Largo, Jared Gómez como Tomás Robinson, Alejandro Guerrero como Mauricio Robinson, Claudia González como Alicia Robinson.

Asimismo los personajes de Ancestros caraqcterizados por  Milguel A. Rodríguez, Vicky Della Peruta, Tania Romero, Mavel Paulino, Keny GómezTomás Méndez, Jean Luis Burgos, Rafael Pepén, Laura Sanz, Ana Silvia Javier, Natasha Hernández Verónica serrallés. 

¡Ofrézcome, cuánta gente joven, talentosa, preparada, que en .los últimos tiempos  ha emergido con inusitados bríos para conferirle a la "mise en scene" criolla una dinámica incomparable que permiten hoy día hasta el montaje de tres musicales y obras teatrales al mismo tiempo en diferentes escenarios, lo que antes era un sueño imposible. 

En los años 70 pasaba un año, y usted veía, si acaso, sólo una presentación teatral en el auditorio de Bellas Artes montado por el Teatro Escuela de la institución.

Definitivamente estamos viviendo una época de amplitud,  efervescencia  y desarrollo en las artes escénicas, y montajes como el de La Familia Addams, producida aquí por José Rafael Reyes Gómez, es una demostración de que seguimos avanzando, cimentados en valores cualitativos.