¡Toño estuvo bestial!

Las cuentas del rosario de Toño Rosario, en un rezo musical espectacular

Aparte de su expresión “I love you”, que mantiene como grito de guerra en sus canciones, Toño Rosario ha acuñado la advertencia de “Yo no juego, brother”, nacida en la época en que se le vinculaba

 a una rivalidad con sus hermanos, cundo vivía en Puerto Rico.

El sábado patentó  y materializó con hechos, y con  gran éxito, eso de que "yo no juego brother", porque en  verdad  que no estaba jugando, y volvió y se lució  en su segundo concierto en Hard Rock Live, el lugar escogido favorito  para medirse los grandes… los que se atreven.

Toño lo hizo hace algunas semanas y anoche lo repitió. Llenó por completo el aforo de la sala más popular de espectáculos en el país.

Fue un concierto donde hizo un repaso de todos sus éxitos musicales, desde aquellos de la etapa primaria de Los Rosario, cuando emergieron desde Higuey como un pequeño grupo familiar, en un recorrido que abarcó su importante etapa en Puerto Rico, Nueva York, Miami, hasta el actual con su “Dale vieja, dale”, su  éxito de la temporada.

Temas como “Guyando”, “Estúpida”, “Como no voy a decir”,  “La gozadera”, “A ti te gusta”, “Me olvidé de vivir”, “Enamorado solo”, “Beso a beso”, “Resistiré”, “Abreme la puerta”,”Siempre estoy pensando en ella”, “Discúlpame”, “Hasta que no pueda más”, “Todavía creo en el amor”, “Es mi vida”, y tantos éxitos que harían el conteo, interminable, de sus más de 45 años de carrera musical.

Un detalle a tomar en cuenta es que Toño no usó el recurso de los famosos "invitados" que los artistas llevan a sus conciertos, a veces como "rellenos", y otras veces para inyectarle "atractivos" a sus endebles ofertas.

Su invitado fue él mismo, con un mariachi interpretando rancheras, ataviado de charro, como uno de los cambios de vestuario que hizo, que incluyó el de una pomposa falda, con la cual puso de relieve el carácter desenfadado y atrevido que le ha dado fama.

Y en verdad les digo, que ocasiones como la de anoche le permiten a uno ver a un exponente del merengue, distinto, diferente, estrambótico, si se quiere, pero dimensionado en su esencia, más allá de las apariencias, y de los pruritos estéticos y sociales, con los cuales se suele medir a la gente, en un medio de tanta volatilidad y superficialidad.

Ese Toño que vimos desde sus inicios, (en que nos tocó llevarlo a Wilfrido en Vivo, en el canal 4, cuando Los Hermanos Rosario era un grupo incipiente, siendo nosotros productor del programa), tiene una historia musical que había que contar, como lo hizo anoche, con la calidad y la categoría que se merece el merengue, de antes y de este tiempo.

Lo disfruté al máximo, como testigo de excepción de un artista, al que hemos seguido desde siempre, en las buenas y en las malas, lo que nos permitió crear más consciencia de por qué se ha mantenido en el tiempo, cuando muchos otros han desaparecido, o se han puesto en "remojo".

Me lo gocé desde el principio hasta el final del concierto, en que la gente no quería que se marchara, ya entrada la madrugada, luego de aclamarlo durante toda la larga noche.

Definitivamente, hay Toño para rato.

P.D. (Toño es tan exigente, y respeta tanto al público y  su carrera, que cuando se cayó una parte del sonido, paró el show y salió de escena, y no volvió hasta  que no se corrigió el fallo. Y la gente lo aclamó y lo entendió, evidenciando que él está por encima de los afeites y los esteticismos con los que algunos se pueden confundir. Es más artista que las faldas, las trenzas, las uñas pintadas, y toda la parafernalia que es parte de su estilo y  su“performer”)