Cuando el tren pasa

Cosas que pasan cuando tú llegas tarde a la estación, y el tren ya pasó

Los merengues dominicanos, en su afán por lograr que el género vuelva a los niveles de aceptación de los años ochenta, ya no encuentran qué plantear…

Sus exigencias van desde pedir que a las emisoras de radio se les obligue a tocar un 50 por ciento de música dominicana, (lo cual es un sueño imposible, al que se oponen los radiodifusores de ADORA con dientes y garras. Dígame usted, a La 91, Radio Listín, Radio Disney, etc. tocando a Fefita y al Hijo de Juana). Las frecuencias son del estado, pero la radio es un negocio.

Han pedido también que les den una emisora de radio de las del estado, para ellos tocar solo merengue. Como si eso fuera a resolver el problema. Y cuando viene a ver se la dan, y al cabo del tiempo ellos mismos le cambian la programación a "dembow" y "hip hop", dizque para hacerla "rentable".

Y no estamos exagerando, porque los merengueros que tienen y han tenido emisoras de radio, lo menos  que han tocado y tocan es merengue en ellas (Juan Luis Guerra, Wilfrido, Jossie Esteban, Bienvenido Rodríguez)

 ¿De qué estás hablando, Willy?

 Cosas que pasan cuando el tren no se detiene en la parada donde tu estás, porque es expreso…

Lo último que ha pedido Ramón Orlando es que los padres obliguen a los hijos a escuchar merengue, en la casa, o cuando van en el carro al colegio, porque ello les va a crear una  preferencia por nuestra música.

Es hasta infantil esta sugerencia. Pretenden establecer un culto a nuestra música,  a partir de audiciones y repeticiones que no se enmarcan, con los códigos que prevalecen en la niñez y juventud de este tiempo.

Sobre todo ahora en que no es obligado escuchar radio en la casa o en un carro.

Ya la muchachada no escucha radio. Bajan la música online de emisoras virtuales sin anuncios.  Son las bajadas de “streaming” , Spotify, y otras aplicaciones que les permiten andar cón  sus canciones en los teléfonos celulares y los Ipod, con sus inseparables audífonos.

Música que comparten con sus amigos y gente de su edad…

Y eso no es de ahora, pues me crié escuchando los programas que escuchaba mi papá todas las mañanas (Colmotores, de Radio Caracol, de Colombia, que se escuchaba aquí perfectamente, al igual  que el programa México en la Canción.  

Al mediodía Cita con el Viajero Mundial, con Daniel Santos.

“De Fiesta con la Sonora”, con La Sonora Matancera, por solo citar algunos.

¿Y qué pasó?  Que por más que escuchaba esa música tradicional preferida por papá, me descanté por el Rock and Roll. Los programas Melodías de Broadway, con Ramón Sanabia Juliao en HIZ; El Club del Clan de Radio, con Annerys Caba, (donde me inicié en la radio). Team Time con José Joaquín Pérez, de igual manera el de Angel Lavandero en Radio HIN.

En la televisión Dominican Band Stand, con Pedro María Santana; el Teenager Matinee, con Mac Cordero, en Radiotelevisión Dominicana, y posteriormente Hola Nueva Hola, con Mac y José Joaquín, también en el canal 4, donde me inicié en la televisión.

Escuché toda la música que prefería papá. pero no me quedé con ella, por un tema de preferencia hacia expresiones juveniles de los tiempos.

No niego que confronté problemas, pues a papá no le gustaba la música modera. Decía que “estaba tirando pal’ monte”.

Cuando me encontraba en la casa escuchando rock, me cambiaba la estación "de maldad", y se ponía él a escuchar su música.

¿Y qué podía hacer?, si solo había un radio en la casa…de esos de tecla, de onda corta y amplitud modulada. No había F.M., teléfonos celulares, ni internet, como ahora

Cosas que pasan cuando te sientas a ver el tren pasar…

Así que dejen de estar teorizando…El problema del merengue no se va a resolver con imposiciones.

Se recuerda lo que ocurrió en Inglaterra cuando el gobierno trató de impedir la  difusión de la música rockera cuando la misma empezó a atronar, queriendo que todo el mundo se acogiera a la programación de la BBC estatal.

¿Qué hicieron algunos ingeniosos? 

Montaron una emisora de radio pirata en una embarcación que solo tocaban rock.

Se fondearon fuera de los límites territoriales de Inglaterra, con sus antena dirigida  a las islas británicas, y difundían rock por un tubo. No pudieron impedirlo porque estaban del territorio, con el agravante de que surgieron otras emisoras de radio del mismo tipo.

Así que merengueros tradicionales, ¡pónganse en su tinta!

Sigan experimentando fórmulas músicales que puedan ser del interés de la gente, sobre todo de la juventud.

Los urbanos, como se sabe, no han necesitado de protección alguna para “pegarse”. Nadie los ha impuesto. Se han impuesto ellos mismos, sin necesidad de la radio, ni de los estudios de grabación, porque han encontrado sus propios medios de promoción en las redes, con temas grabados en computadoras, en estudios "de patio".

¿Qué es difícil la promoción y la difusión? Cierto, ya la pava no pone donde ponía, con tantas emisoras interactivas, religiosas, de salsa, rock, urbanas, baladas pop, y ninguna solo de merengue.

De seguro que  si el merengue les fuera negocio, estuvieran muchas alineadas con el género.

Cosas que pasan cuando el tren  se descarrila

Un detalle que desconocíamos es que venía una estación solo de merengue, como La Salsera. Y que después de grabar hasta las promociones, con el mismo locutor Angelito que identifica a La Salsera, desistieron del proyecto, y echaron todo para atrás, sin explicar razones.

Es para que vean como es el asunto, que los proyectos se abortan para el merengue, antes de nacer.

Pero bueno, hay que seguir luchando por el merengue. Pero mejorando el enfoque, dejando atrás el griterío y el afán de proteccionismo que reclama gente que ha hecho fama y fortuna con el merengue, algunos de los cuales siguen en la parada esperando el tren, sin percatarse de que llegaron tarde, y este ya pasó.