Jarabe para la memoria...

Jarabe para la memoria...

La ocasión en que Julio Iglesias vino por primera vez al país

Julio Iglesias se jacta de decir que canta mejor que hace 20 años, generando de inmediato una discusión, pues hay quienes no lo creen, en tanto que otros se dejan seducir por la categórica afirmación.

Iglesias es el cantante más megalómano que se pudiera alguien imaginar, y la auto acreditación ha sido uno de los recursos de propaganda más eficaces de este singular artista.

Ese concepto de su perfil lo hemos etiquetado en el  tiempo y desde hace años.

La primera vez que el cantante ibérico vino al país fue traído por el empresario José Gómez,  para presentarlo en el Boite El Conquistador del hotel Naco, de Marito Bonetti.

Don José  convocó a una rueda de prensa en la tarde, el mismo día del show, en el área de la piscina del hotel, y los periodistas brillaron por su ausencia.

Sólo asistimos Emely Tueni del Listín Diario y El Zorro de El Nacional, pues los demás medios no le hicieron caso al artista.

Algo extraño, porque era nuevo aquí, pero venía de haber participado en festivales como el de Benidor, Eurovisión, San Remo, Festival de la Canción de Luxemburgo, y de popularizar  las canciones, “La vida sigue igual”,   “Por el amor de una mujer” escrita por Danny Daniel, "Un canto a Galicia". Había logrado la hazaña de haber hecho  41 conciertos en 41 ciudades diferentes en España como hacen agunas orquestas aquí en diciembre.

En fin,  que solo dos periodistas entrevistamos a Julio, que con el tiempo se convertiría en un artista  que la prensa de todo el mundo andaría detrás de él.

Los viejos tiempos de la Boite El Conquistador. Mundito Espinal de
Ron Siboney en el Martes de la Farándula entrega un reconocimiento
a Zorro. Detrás, Napoleón Beras. Año 1974.

Cuando terminamos de tomar los datos con nuestra grabadora , al momento de marcharnos Julio casi nos rogó para que no dejáramos de asistir en la noche a ver su show en la boite del hotel, y lo dijo usando una expresión de fantoche que nunca hemos olvidado: “Les invito a mi show esta noche, para que vean lo que es un artista en un escenario” .

Es decir , él mismo se estaba acreditando, al igual como lo hace ahora.

Luego de venir aquí fue que el artista se hizo grande de verdad.  En el 1978 su álbum “A mis 33 años” alcanzó los primeros puestos de éxito en 56 países. En el 1980 con el álbum “Hey”, nominado al Grammy, fue número uno en el mundo y vendió 20 millones de copias. Sus conciertos recorrieron todo el mundo.

En el 1983 recibe el primero y único disco  de Diamantes nunca dado a un cantante por el Libro de Récords Guinnes por haber vendido más discos en más idiomas distintos que ningún otro artista musical en la historia. Seis millones de copias en seis idiomas. Solo en el 1984 tuvo seis discos  simultáneos en la Lista Billboard 200 de los álbumes más vendidos en Estados Unidos, un logro solo obtenido por Los Beatles y Elvis Presley, según datos de Wikipedia.

Se le atribuye haber vendido 300 millones de copias de sus 80 álbumes editados en todo el mundo. Solo en España ha vendido 23 millones.

Ese era el Julio Iglesias al que los periodistas de espectáculos le habían hecho el “fo” en su primera visita al país.

La segunda vez que le vimos fue en un concierto en el  Hotel Lina, donde estaba el salón lleno de muchos españoles y sus descendientes  residentes en el país.

El cantante tuvo el tupé de decirle a todos los ricachones, entre ellos Pepín Corripio, : “Ustedes son unos privilegiados  por estar viéndome esta noche. Agradezcan el poder ver mi show”, y lo dijo en una actitud tan arrogante que molestó a algunos de los presentes,  y se comentó que solo faltaba que pidiera que hicieran una misa en acción de gracia por poder verlo.

!Ese era y es Julio Iglesias!.

Más luego vino a una rueda de prensa para poner en circulación un álbum, y trajeron periodistas de todo el mundo a un acto grandioso, que fue un acontecimiento en el hotel Jaragua.

Recordamos los reportes que hicimos  para diarios y emisoras de radio de Miami, Argentina, y España que no pudieron cubrir el evento, y contrataron nuestros servicios de corresponsal.

Los periodistas dominicanos se peleaban porque no los invitaron  a ese evento.

Solo pensé en las vueltas que da la vida, pues ya si todos querían estar con el Julito que ignoraron en su primera visita al país.

País, que por cierto, ha escogido el artista como su lugar de residencia, pudiendo estar en cualquier otra parte del mundo…