Joseph Cáceres

Crea expectativas la personificación de Silvio Paulino que hará Ovandy Camilo

Por Johnny Arrendel

La caracterización del narrador por excelencia del espectáculo lucha libre en la película sobre la vida de Jack Veneno se ha convertido en uno de los puntos más llamativos de ese proyecto fílmico.

De esa manera, el  animador de radio y televisión Ovandy Camilo asume su primer gran reto en la pantalla.

Sin embargo, los productores de la película apuntan que Camilo ha logrado meterse dentro de exigente personaje y que incluso, hijos y otros parientes de Silvio Paulino le han ponderado.

Y es que el micrófono es desde siempre un componente fundamental de este espectáculo deportivo, (la lucha libre), tanto por parte de los combatientes, como de los conductores.

En el caso de la empresa Dominicana de Espectáculo, que tuviera una época de oro que catapultó al estrellato y a la categoría de “único superhéroe dominicano” a Jack Veneno, quien sabia colocar frases para manejar las emociones del público: “Como están Ustedes”, “Lo juro por mi mamá Doña Tatica”, “Soy hombre de pelo en pecho”.

Pero su rival por excelencia, la figura que como antagonista logró dimensionar a  lo más alto a Veneno como ídolo, Relámpago Hernández, era sin dudas un diestro de la comunicación, un gran histrión.

Entonces, Silvio Paulino es la figura que como narrador lleva el espectáculo al pueblo, y con sus estilo florido y fluido le dio tanta vida a la recreación del espectáculo que se considera que sin ese locutor simplemente “la lucha libre dominicana no habría sido lo que fue”.

Otros luchadores que comunicaban muy bien, era el foráneo Hugo Savinovich, quien descollara luego como comentarista en la WWE en español y rememoraba siempre su participación en este país. Igualmente, el supuestamente mexicano “Puño de Hierro” y el “boricua Astromán”, manejaban bien el micrófono.

Lo cierto es que “Veneno, el Relámpago de Jack”, podría ser, el próximo verdadero fenómeno fílmico en el país, tras aquella “Nueva Yol”, de Angel Muñiz y Luisito Martí, que permitió el arranque comercial del cine dominicano.