Muchos han sucumbido en la radio…

Radio Cima, una emisora que se sustenta en lo tradicional

Si nos ponemos a sacar cuenta de quienes han incursionado en el negocio de la radio, y a mitad del camino han tenido que vender o arrendar sus frecuencias, en este espacio no acabamos de mencionar gente.

La lista se haría interminable. Permítanme mencionar algunos de los más sonoros: Johnny Ventura, cuando tenía a la primera Radio Fiesta, dirigida por Jesús Torres Tejeda…Juan Luis Guerra que con Viva F.M. hoy Fidelity, en manos de Bienvenido Rodríguez, Wilfrido Vargs, con Kiss 95

Periandro Delgado y Melodía, Nelson Estévez, con Rumba. El general Enrique Pérez y Pérez con Radio Central. Salomón Sanz, con Radio Clarín, (parapete del general Ney Nivar Seijas). Y hasta el difunto Rafael Corporán, cuando hizo el mal negocio de venderle sus emisoras  a la gente del Banco del Progreso, lo que .lo llevó a la ruina. 

Héctor José Torres que vendió la FM de Radio Universal, y se quedó con la AM. Igual hizo Ivelisse, su ex esposas, con las emisoras que le vendió a Baninter. El licenciado Paulino, y Hit's 92. Otilio Castro Luperón, con "La Brava".

Pudiera seguir citando nombres de gente que estuvo y no está en la radio, porque como les digo, pocos  son los que se han quedado en el negocio de la radio.

Cuando los amigos de J&N Récords vendieron Rumba, le pregunté a Nelson Estévez por qué había vendido la emisora que hizo millonario a Jochy Santos cuando transmitía en la misma  Botando el Golpe. 

"Aquí la única emisora que de verdad hace dinero es la Z". Me respondió.

Cierto es que la radio hoy día es un negocio de “capa perro”.

Ya para muchos no tiene sentido el estar tocando música, para hacer artistas famosos, y teniendo que pagar facturas de más de 100 mil pesos de luz mensual…pagar personal, mantenimiento, y encima de eso el "viacrucis" y el "calvario", para cobrar los anuncios de las agencias publicitarias sin "pronto pago" y la "hora santa" para cobrar los del gobierno.

Eso ha llevado a emisoras de radio a soltar la música en banda, y a convertirse en emisoras “interactivas”, como lo es La Z, Zol, Neón, la Super 7, Estación, CDN, La Nota Diferente, entre otras.

Los tiempos han cambiado, y quienes no pueden sosteneerse tiernen que vender a las grandes corporaciones y grupos económicos que son los que se han adueñado de la radio, igual a como ha ocurrido en otros mercados como el de Colombia, Venezuela, Estados Unidos y en muchas partes del mundo.

Los radiodifusores tradicionales son hoy día piezas de museo.

Hace tiempo que pasó de moda el formato de “música popular variada”, tocando de todo: Merengue, bachata, salsa, rock, típico, danzones, urbano. 

Ahora es “o todo toro, o todo vaca”, pero la gente ya no está en mezcla.

Un viejo que se deleite con un danzón, no es verdad que va a mantener la sintonía, si después de escuchar a Barbarito Diez le ponen un mambo violento de Omega. Lo mismo que un joven que esté escuchando la “Limonada Coco” del Lápiz Conciente. ¿Se va a quedar en la emisora si luego le tocan a Marco Antonio Muñiz con “Los Tres Ases”?… ¡zafa!

De ahi que hayan emisoras salseras, otras urbanas, interactivas, de baladas pop, y también las tradicionales.

Cada quien con su especialidad…

Usted está en Cima

Y aquí me detengo pero resaltar el caso de Radio Cima, la más rancia de las emisoras tradicionales.

Roberto Vargas ha  mantenido a Radio Cima dentro de los lineamientos más ortodoxos que se pueda alguien imaginar, en un mundo tan cambiante.

No ha inventando cayéndole atrás a las modas de ahora, y ha preferido ubicarse en su propio nicho, lo cual le ha dado evidente resultado.

Juega con los debates musicales, enfrentando a los bachateros, a los merenguero. Tiene la transmisión de la legendaria Tremenda Corte de Tres Patines, y en cada Navidad su proverbial Cima sabor Navideño, el más tradicional de los programas de la temporada.

Se recuerda el dato curioso de que hubo una época en que Radio Cima era la preferida en  la ambientación musical de los moteles de la capital.

¡Usted está en Cima!, fue su eslogan por mucho tiempo.

Y hasta hay la anécdota de una pareja que estaba en un motel "de escapada", y en la cabaña estaba sintonizada Radio Cima.

En el momento en que estaban abrazados, (ella abajo y él arriba), se escuchó el eslogan de Radio Cima.

¡Usted está en Cima!… 

Y como él estaba "encima", se apeó rapidamente y  dijo:

¡Vámonos, vámonos, María, que nos descubrieron!…