Joseph Cáceres

En la favela no hay fábula

Dicen las noticias del día, que hubo un enfrentamiento entre la policía y residentes de la favela Rocinha, la mayor de Rio de Janeiro, en Brasil, donde ocho personas murieron.

Las favelas son como los barrios marginados de aquí, donde no cualquiera entra. Ni siquiera las autoridades pueden llegar, si no es militarizando la zona.

En Rocinha, residen alredor de 100 mil personas, en una colina que bordea a Río de Brasil. Una sola de las tantas que hay, ubicada entre los barrios de Gavea y Conrado.

Si vieran en las condiciones que vive la gente, allí.

Hay que conocer ese Brasil que los guías turísticos asumen como parte de su realidad y no lo ocultan, pero si piden precaución, y que uno se cuide de ellas, porque la delincuencia allí no es nada fácil.

En mi privera vez enel Carnaval de Rio de Janeiro, el más famoso del mundo, no me quedé en  la zona de confort que me dispensaba el hotel, frente a la playa de Copacabana, y me decidí darme un baño de pueblo, pese a la oposición de la chaperona que nos habían puesto los anfitriones del viaje, y de algunos amigos que decían, "pero tú eres loco, venir de Santo Domingo a ver miserias"

Rrecuerdo que por estar de "sabroso", hasta un problema me encontré con una muchacha que me quería sacar ventajas, aunque por suerte fui rescatado por Vladimir Lendof y compañeros que andaban en el viaje, que había organizado la Cerveza Brahma, entre ellos Freddy Beras Goico

En esa ocasión vivimos una experiencia a la salida del Sambódromo, una estructura de 700 metros en la calle Marquês de Sapucaí,  en el centro de la ciudad, donde se realiza el desfile de las escuelas que participan en el carnaval.

Era ya de madrugada, y el autobús que nos transportaba de regreso al hotel  fue detenido por la policía, debido a que había que cruzar por los alrededores de una favela que estaba revolteada, provocando incidentes.

Casi una hora eestuvimos todos en el autobús, sin poder avanzar, por un tema de seguridad, hasta que la policia controlara la zona, y fuera seguro avanzar.

Desde allí escuchábamos los disparos y las ráfagas de ametralladoras, de la policia "limpiando la zona", lo que nos causó una mala impresión en  una ciudad tan turística.

Algunos de los compañeros se atemorizaron pensando que las balas podían alcanzarnos.

Recuerdo las palabras de Freddy, que había vivido en Brasil en sus tiempos de exilio, tratando de calmar a los miedosos.

¡Calma, calma, que no panda el cúnico! decía, como el Chapulín Colorado.

Y eso era tiros por aquí y tiros por allá…Hasta que por fin la policía pudo controlar la favela, y nos dieron autorización para continuar el regreso al hotel.

Memorias santas, en un país de los de mayor desarrollo de América Latina, pero donde los pobres de aquí son unos “chivitos"  comparados a los de sus barrios marginados.

En algunos barrios pobres de aquí, usted no puede pasar por sus calles, con los carros estacionados de lado y lado, y si sube a las casas, construidas en unos derricaderos, se encuentran con que tienen televisor a color, neveras, y equipos de música.

Entre a casas de Guachupita, para que vea como viven algunos pobres de aquí

Muy diferente a los pobres de países más grandes y desarrollados que el nuestro.

Y no es que me lo cuentan, es que lo veo.