Buenas noches mamá

Y no era para menos, ya que estas dos formidables actrices recrean en escena con vigorosa vitalidad el efluvio de lo mejor del teatro realista sicológico norteamericano, a partir de los personajes que encarnan (Thelma y Jessie), articulando un lenguaje  que desde el principio hasta el final nos pasea por insondables laberintos en una progresiva introspección del pasado de una  hija que le revela a su madre las intenciones que tiene de suicidarse esa misma noche.

“Buenas Noches Mamá (Night Mother) de la escritora norteamericana Marsha Norman, premio Pulitzer de 1983,  que recibió 4 nominaciones para los Premios Tony y fue adaptada al cine en 1986, plantea de manera profunda y patética las frustraciones de la cotidianidad,  que se resume en un grito femenino con ribetes existencialistas, intenso, íntimo  que discurre sin muletas hacia un desenlace fatal previamente establecido y anunciado.

Nos encara frente a la desesperación inoculada por la soledad, la sin razón del sin sentido que en algún momento ha tocado  las puertas de todos, y a la que no le abrimos porque sabemos que lo que afuera está es “nightmare”, la peor y más fea cara de una pesadilla.

La veterana María Castillo y  la novedosa Judith Rodríguez (Actriz del Año en Premios Soberano por la película Carpinteros) trascienden con rigor los esquemas entretenimiento escénico sencillo y las actuaciones del teatro gastronómico, masticable y digerible, no hecho para reflexionar ni pensar, que frecuentemente se sirve en el menú de la cartelera.

Ese montaje tan acertadamente articulado supone un trabajo duro, intenso, donde han tenido que sacar de abajo para asumir los caracteres y conflictos de un drama que alcanza los linderos de lo terapéutico enfrentadas como están a personajes tan difíciles, con sus efluvios y reminiscencias  de  Johan August Strindberg y Luigi Pirandello