Feliciano

En conexión con su pueblo

José Feliciano reflexiona sobre sus 50 años de carrera musical

Con un concierto que marca su trayectoria de medio siglo llevando el arte de la canción por el mundo, titulado Trascendental, el cantante José Feliciano, muy a gusto de estar en su patria, como subrayó de entrada en conferencia de prensa realizada ayer en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, se presentará este domingo en el Centro de Bellas Artes (CBA) de Santurce para celebrar el Día de las Madres.

“Nunca pensé que llegaría tan lejos ni que tuviera tanto reconocimiento. ¿Quién iba a pensar que un muchachito de cinco años de un pueblo tan pequeño como Lares se iba a enfrentar a un país tan grande como Estados Unidos? Y después vivir en Nueva York entre cucarachas y ratones, sin pensar que era mejor vivir en la pobreza de la Isla. No pensé en ser cantante; pero sí en músico, porque ya desde los tres años marcaba los ritmos dándole a una lata de galletas”, expresó con su candidez usual 

Dio entonces gracias a su tío cuatrista y a su padre. Al primero por ubicarle en una vivienda y enseñarle a volar chiringas resistentes y al segundo porque primero le envió una armónica y después de regalo de Navidad, a sus siete años, una sinfonía de manos con botones. Sin embargo, dio sobre todo gracias a Dios por haber intervenido con él. Más adelante confesó que su fenecida madre se le aparecía en sueños para guiarle y aconsejarle por lo que hacía bien o mal.

Con múltiples anécdotas a la mano, el cantautor, acompañado de su esposa Susan y su hijo Jonathan, hizo un repaso sentimental sobre su vida, sus padecimientos de glaucoma que trata con cannabis y otra enfermedad que dijo le encoge sus manos.

“Estoy muy conforme porque nunca utilicé mi ceguera para promoverme. Cuando estaba creciendo, un señor quería promoverme como El cieguito de Lares y tuve que decirle fuertemente que ‘yo no era ningún cieguito’... El ser no vidente no te va a ayudar si no sabes tocar la guitarra. Aprendí a tocar y cantar empleándome de cualquier manera tocando en la escuela y por eso creo que Dios me dio la oportunidad. Soy muy creyente”, observó.

Con nueve premios Grammy a cuestas, más de 20 nominaciones y 45 discos de platino, el artista rememoró cuando ganó el primero y solo pensó en su islita y en la humildad. Este elemento de éxito lo dedicó a los estudiantes del Conservatorio, quienes le recibieron con una trova, estableciendo que para dondequiera que iba en la vida fue con humildad porque con ínfulas “nadie quiere a nadie. Y si hoy como antes, si no pagas en la radio, nadie te oye, imaginen la carrera”.

Su vida artística ha estado en la cima, llegando de una tournée por Inglaterra de tres meses y ofreciendo conciertos en Austria, Panamá, Chile, Hong Kong, Australia y ciudades de la costa este de Estados Unidos.

El maestro adelantó que estaría sacando una nueva grabación que no tiene título, aunque compuso y grabó el tema (God Please) Gimme 50 More, en respaldo a la campaña lanzada por su fundación para recaudar fondos para las víctimas de los huracanes Irma y María. Dijo que oraba y cada vez que se presentaba compartía con la audiencia las necesidades que tenía Puerto Rico.

“Tengo dos hermanos en la Isla y con el huracán todo se paralizó. No podías mandar nada. Hice el vídeo para que se conociera lo que padecía mi pueblo y todavía no hay luz en muchos pueblos”, reconoció.(El Vocero)