Joseph Cáceres

Broadway en Santo Domingo

En décadas pasadas podíamos ver que, para presenciar el montaje de una obra musical aquí en el país, había que esperar alguna producción de Amauri Sánchez, o de la fenecida Nuryn Sanlley.

Ambos, dicho sea de paso,  con sus propias escuelas o academias de enseñanza, lo que les permitió formar talentos nuevos, con los que trabajaban en sus producciones y montajes, y que ahora tienen presencia en los escenarios de las manos de productores emergentes en la escena.

El teatro musical hoy día es una asombrosa y grata realidad con las figuras nuevas que desarrollan actividad simultánea, en una cartelera que abarca la sala del Palacio de Bellas Artes, la de Blue Mall y el Studio Theater de la Plaza Acrópolis, donde se estrenó este fin de semana el musical “Una Vez en Esta Isla”, con libreto y letras de Lynn Ahrens, música de Stephen Flaherty, basado en la novela “My Love MyLove” de Rosa Guy, y en una producción general local de José Rafael Reyes y Joyce Roy, con la dirección musical de Hari Solano, coreografía de Jared Gómez y dirección vocal de Paola González.

Los productores son los responsables del montaje de “La Familia Adams”, que en el Soberano de este año se ganó el premio como Musical del Año, lo que como referencia acredita su trabajo de ahora, que debutó a casa llena, y que ha obligado a programar nuevas funciones en adición a las que se habían establecido.

Envidiable el trabajo que han hecho para llevar a escena  “Una Vez en Esta Isla”, con un elenco formidable de jóvenes artistas cantantes, actores, bailarines, músicos, que ponen de manifiesto el gran talento  que aquí tenemos  y que expresan el amplio desarrollo que hay en el país en las diferentes manifestaciones del arte. 

Una producción que no ha escatimado esfuerzos ni los elementos que le dan consistencia a una puesta en escena, con una musicalización en vivo digna de elogios, los vestuarios de fantasía y de época, la escenografía, la iluminación y hasta los efectos especiales, como la lluvia auténtica que producen sobre el escenario en un momento de su desarrollo.

De verdad que cuando veo a gente joven trabajando así, con niveles y criterios tan profesionales, cuidando todos los detalles, con un trabajo de montaje de varios meses de ensayo, para dar esos resultados tan estupendos, me uno a los que resaltan, promueven y apoyan a una juventud muy valiosa que tenemos, y que a veces no vemos, por estar  “al acecho”  mirando sólo a “los malos”, sin parar mientes en que no se puede generalizar por el hecho de que encontremos moscas en el pastel.

Recomiendo este musical a todo el que quiera ver y sentirse orgulloso de una nueva generación de artistas, capaces de recrear a Broadway en Santo Domingo.