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Así que no digan que fue en la Anacaona, la avenida de las grandes torres, donde residen diplomáticos, grandes funcionarios, empresarios, industriales, políticos, altos militares, peloteros, y donde hay un piso donde operan las mujeres “prepago” más bonitas de toda el área del Caribe, exclusivas para “los hombres de dá”, como dicen Los Rosario.

(Hasta que no se aparezca por ahí Nuria Piera con su cámara, como le hizo a las rusas que tenían una casa de cita a la entrada de Arroyo Hondo, donde se divertían los ricos de la zona. Nuria, se apareció con su cámara, y aunque cuando tocó el portón no la dejaron entrar, dañó el negocio con su reportaje.)

Pero bien, de lo que se trata es que el atraco a la periodista no fue en la Anacaona…la avenida mejor iluminada, pavimentada, vigilada por cámaras de seguridad, por los guardianes de las torres, por una policía privada motorizada, por un cuartel de la Policía Nacional en el parque Mirador Sur adyacente, que tiene hasta pantallas que marcan la velocidad del tránsito, y que no duden ustedes también cuente con un dron de vigilancia y un control satelital.

No fue en la Anacaona el atraco…Aunque si ocurriera allí, con todo y lo cuidada que está, tampoco deberíamos de sorprendernos, en este Macondo aplatanado en que vivimos.