Joseph Cáceres

Anoche estuve con dos  amigas en un restaurant muy famoso de comida española situado en el Mirador Norte.

El lugar es muy concurrido, y es normal  encontrarlo lleno en sus diferentes áreas, incluyendo la de fumadores.

Tiene muy buen servicio de comida, y de ahí su fama…

Quise  alagar a una amiga que había llegado de Nueva York, quien a su vez andaba con otra amiga de la nueva generación de comunicadoras de Telemicro.

Nos fuimos a compartir vinos, comidas, y el buen ambiente del restaurante.

¡Oh!, y cuando más entusiasmados estábamos, hizo acto de presencia, subida en un plato vacío de los que estaban en la mesa, una pequeña pero molestosa cucaracha…

¡Wao! ¡Qué trance! Uno en un restaurante de lujo, caro, muy caro, como dice Carlos Batista.

A la amiga que venía de Estados Unidos se le quitó el hambre y comentó que en Estados Unidos una cosa así podía generar hasta una demanda.

La otra amiga siguió comiendo, porque le dije que el insecto estaba en un  plato vacío. de esos que se colocan en las mesas, aunque el lugar no esté siendo ocupado.

Tremendo trance y qué verguenza, pues en verdad nunca me había sucedido algo igual, sobre todo porque para evitar eso, prefiero los establecimientos de categoría.

Pero, dicen que a cualquiera se le muere un tío….

Cogí el plato que tenía la “cúcara, cúcara, cúcara”, como cantaba Celia Cruz, y se la entregué a un camarero…

Este puso de relieve su asombro y se fue con él para la cocina…

Al rato salió pidiendo excusas, diciendo que en el lugar habían estado fumigando, y que las cucarachas andaban locas…

Ja, ja, ja…¿Se le puede creer?.

Sé que a cualquiera le sucede un percance…Inclusive a Rihanna cuando vino aquí y se encontró una cucaracha en su suite del hotel y la subió a las redes sociales.

Por ese hecho hasta yo le caí encima, diciendo que estaba desacreditando el país…

Y resulta y viene a ser, que anoche me tocó a mí…¡Por pechú me gané una cucarfacha!

Rihanna, perdóname…