Anoche pude subir un post, desde el Palacio de los Deportes, abarrotado por el público que acudió a presenciar el junte de Camila y Sin Bandera. Luego, no pude subir otro más para hablar del evento, debido a los dificultades por la congestión que se produce en la señal de Internet, cuando hay aglomeraciones que hacen colapsar las líneas.
Hacía tiempo que no se veía tanto fervor y entusiasmo en un concierto, no efervescente, solo sobre la base de canciones románticas, como en este junte memorable de dos de las más populares agrupaciones mexicanas de la balada pop de las últimas décadas, como parte de su gira “4 Latidos”.
Definitivamente un “luxury show” de canciones románticas y modernas, que han sido disfrutadas ya por más de 25 millones de personas, y donde los dominicanos no podíamos ser la excepción.
Si fuera a definir a Camila y Sin Bandera juntos, diría que lo suyo fue una especie de “soundtrack” personal, un “greatest hits”, que produjeron una especie de “karaoke” colectivo en el público, que cantaba y coreaba sus canciones, descodificando el mensaje encriptado en la lírica de sus temas: “Mientes”, Kilómetros, “Para Alcanzarte”, “Que Lloro”, “Entra en mi vida”, “Bésame”, “Decidiste Dejarme”, “Abrázame”, “A puro dolor”, “Aléjate de mí”, “Todo cambió”, “Coleccionista de canciones”.
Y el público se las sabía y las cantaba, como si fueran las de un “ringtone” programado en el celular.
Tan entusiasmados estaban los artistas, que llamaron a escena al empresario César Suárez Jr. para acreditar su trabajo con ellos durante 15 años trayéndolos al país.
Buen aire, sonido, luces, montaje, organización, seguridad, gráficos, cámaras robóticas en el piso, en un ambiente que no siempre se logra en el Palacio de los Deportes.
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NIURKA BAEZ,
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